Daniel Radcliffe, un muerto con mucha vida

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/ 7 noviembre 2016

Cansado de las historias de hollywood, el actor conocido mundialmente por la saga de ‘Harry Potter’, se prueba a sí mismo con uno de los personajes más arriesgados de su carrera en la cinta ‘Un cadáver para sobrevivir’

ZÚRICH.- Daniel Radcliffe está aburrido del cine de grandes presupuestos e historias huecas. Está harto también de las franquicias y los remakes tan habituales en estos días entre los estudios de Hollywood que buscan la mayor cantidad de ingresos sin importar la calidad y originalidad de sus proyectos, cargados con pirotecnia y argumentos repetitivos y predecibles.

Por eso, desde hace un par de años, la estrella británica se ha refugiado en el teatro y en el cine independiente, los únicos escenarios capaces de plantearle verdaderos desafíos que él ha abrazado con seguridad de una cuenta bancaria que lo sitúa como uno de los hombres más ricos de Inglaterra.

“Tengo una posición increíblemente afortunada en la que no estoy obligado a hacer nada y eso es algo que me gusta mucho. No sé cuánto tiempo tendré esta suerte, pero lo que tengo que hacer es elegir cosas que realmente ame y que me apasionen profundamente”, señala el actor en entrevista exclusiva con Función, en la que cada palabra que emana de su boca es remarcada por sus profundos y expresivos ojos azules.

Radcliffe comparte que si bien no podría explicar la manera en la que elige los proyectos, sí puede asegurar que hay dos factores que siempre busca en cada guión que llega a las manos de su agente: que sean originales y que estén bien escritos.

“Esos elementos son muy importantes para mí. Siento que tengo un gusto muy especial por las cosas bien escritas, y eso lo comparten todos los proyectos más recientes que he filmado”, explica mientras se acaricia su barba hipsteriana color marrón.

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El encuentro con el ídolo de millones de niños y jóvenes, a raíz de su trabajo en la saga de “Harry Potter”, ocurre en el Hotel Widder en el corazón de Zúrich, a cuyo Festival Internacional de Cine llegó para promover la lúgubre comedia estadunidense “Un cadáver para sobrevivir” (Swiss Man Army), que se estrena este fin de semana en México.

La cinta ha pasado todo menos inadvertida en todos los certámenes fílmicos donde se ha proyectado, debido a su polémica premisa que comienza con un cadáver flatulento que llega a la orilla del mar para cambiar la vida de un náufrago.

Pero a la par, la película codirigida por Dan Kwan y Daniel Scheinert (Daniels) también ha cosechado un puñado de galardones en algunos de los festivales más reconocidos del mundo, como el de Mejor Dirección en Sundance, o el de Mejor Película y Mejor Actor para Radcliffe en Sitges, un lugar especializado en el cine de género que la encumbró como su cinta favorita.

El filme, coprotagonizado por Paul Dano (Ruby Sparks), narra la historia de un náufrago de nombre Hank varado en una isla desierta que un día, a punto de quitarse la vida, descubre un misterioso cadáver a la orilla de la playa al que bautiza como Manny (Radcliffe).

Aparentemente el cuerpo tiene poderes especiales y podría ser la clave para sobrevivir, por lo que Hank entabla una amistad con Manny enseñándole el significado de la vida y demostrándole que, aunque esté muerto, vale la pena vivir y escapar de la soledad.

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“Sabía que sería una película divertida, potencialmente conmovedora, pero jamás me imaginé esta sensación épica que se ve en la pantalla por el viaje de sus protagonistas.

“Cuando rodamos una de las secuencias más impresionantes de la película, en la que por cierto yo no aparezco y el compositor musical estaba ahí en el set, me emocioné tanto que me puse a llorar. Ha sido uno de los momentos más felices y gloriosos que jamás he tenido en un set de cine”, comparte el actor de obras de teatro como “Equus” o “The Cripple of Inishmaan”.

Sobre el rodaje, asegura que fue tan divertido como desafiante, debido a la naturaleza de un proyecto sin precedentes en el cine mundial, algo que espera que aprecien sus seguidores.

“Fue un rodaje muy divertido. Los directores tienen una fuerza creativa brutal que te dan toda la confianza, a tal punto que ni siquiera piensas en qué estás haciendo o si va o no a funcionar.”

Antes de despedirse y perderse en las laberínticas calles medievales suizas, el actor hizo un par de aclaraciones:

“Ninguna de las flatulencias fueron reales. Tampoco utilicé dobles o muñecos (dummys). Todo el tiempo soy yo”, añade entre risas. 

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