Edith Piaf, un mito y símbolo de París

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/ 18 diciembre 2015

    Madonna, cantó a mediados de noviembre en uno de sus conciertos en Estocolmo "La vie en rose" en honor a las víctimas de los atentados de París.

    "La vie en rose", "Non, je ne regrette rien" o "Milord": sus canciones son himnos dedicados al amor. En cientos de temas Edith Piaf le canta a las facetas más bellas y más dolorosas de la vida. Sin embargo, las baladas y chansons del "gorrión de París" son más que melodías conocidas en todo el mundo. Sus canciones son simbólicas. Piaf, que nació un 19 de diciembre hace 100 años, representa hoy en día el espíritu de París.

    Acompañada sólo por una guitarra, la "reina del pop", Madonna, cantó a mediados de noviembre en uno de sus conciertos en Estocolmo "La vie en rose" en honor a las víctimas de los atentados de París. Con el mismo propósito, Céline Dion cantó "L'hymne à l'amour" en los American Music Awards en Los Ángeles.

    Canciones que, al igual que la Marsellesa, sirvieron para manifestar solidaridad con Francia en todo el mundo tras la masacre. Piaf se convirtió en un símbolo. Sin embargo, según Joël Huthwohl, que curó este año la muestra "Non, je ne regrette rien" en la Biblioteca Nacional de París", representa el espíritu parisino, más que francés. En la muestra se exhibieron fotos, cartas, afiches y algunos extractos de películas de la particular carrera de Piaf, así como el vestido negro que siempre usaba en sus actuaciones.

    Robert Belleret también es especialista en Piaf. En 2013 publicó bajo el título "Un mythe français" (Un mito francés) una de las biografías más completas sobre la cantante. Allí describió a una Piaf que representa la vida libre. Para muchos estudiosos de su historia, Piaf fue una mujer que se entregó apasionadamente a la vida y el amor.

    Para Piaf no hubo tabúes ni convenciones. La vida no la trató con guantes de seda. Nacida en el barrio en ese entonces humilde de Belleville, fue abandonada cuando tenía dos años por su madre, una cantante de cafés. Su padre, un acróbata y contorsionista, llevó a la niña a vivir con su propia madre, dueña de un burdel. A los cuatro años sufrió una infección en la córnea que la dejó ciega. Sin embargo, según la cantante, se curó más tarde gracias a una peregrinación hacia la Santa Teresa.

    La violencia y el alcoholismo marcaron la vida de Piaf, que medía apenas 1,47 metros. Su padre, que la entrenó como cantante callejera, bebía mucho y la golpeaba. También la cantante se sumió en el alcohol. Como escribió Piaf en sus memorias, "Mi vida", poco antes de morir con sólo 48 años, en octubre de 1963, su abuela le daba de beber todas las mañanas una botella de vino tinto con algo de agua para diluirlo.

     

    Trataba de dejar atrás el mal de amores y las crisis con borracheras. Tuvo muchas en su vida. Una de sus parejas, el campeón mundial de boxeo Marcel Cerdan, murió en octubre de 1949 en un accidente de avión en las islas Azores. Su único hijo, que nació cuando Piaf tenía 17 años, murió a los dos años a causa de una meningitis.

     

    Piaf tuvo muchos hombres en su vida y sus relaciones siempre fueron la comidilla de la prensa del corazón, como la que tuvo con el cantante de chansons Georges Moustaki, 18 años menor que ella. Con Moustaki sufrió un grave accidente de automóvil. Ella se fracturó un brazo y varias costillas. Le dieron morfina para el dolor, de la que se hizo dependiente hasta su muerte. Moustaki, que murió en mayo de 2013, ecsribió para Piaf la música de "Milord", una de sus chansons más famosas.

    La vida de Piaf, que fue descubierta cuando tenía 15 años, llenó las páginas de muchos libros. Cada vez que se cumple un aniversario de su nacimiento o de su muerte, la lista de biografías se amplía. Y no parece que vaya a dejar de hacerlo por ahora.

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