Fritz Lang aún sigue vigente

México, DF. El hombre detrás de clásicos cinematográficos como M, el vampiro de Düsseldorf y Metrópolis, cinta considerada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco)  Patrimonio Cultural de la Humanidad, conmemoró ayer su 125 aniversario.

Fritz Lang, ese director austriaco que tuvo fama de ser un hombre difícil de trato con sus actores y que tuvo que huir de Viena durante la Segunda Guerra Mundial debido a sus raíces judías -a pesar de que siempre se dijo alejado de cualquier religión- siempre tuvo un estilo sumamente marcado y estilizado en la composición de imágenes, cualidades que le llevó a ser considerado como uno de los grandes directores de la historia del cine.

“Debo decir que soy una persona sumamente visual. Experimento siempre con los ojos y nunca, o rara vez, con los oídos, que es algo que a veces lamento”, comentaba Fritz Lang cuando los medios de comunicación de la época le preguntaban acerca del tipo de director que era.

Antes de dedicarse al cine, Lang se matriculó en la Escuela Técnica de Viena para estudiar arquitectura para cumplirle los deseos a su padre.

No obstante e inspirado por las obras de los artistas Gustav Klimt y Egon Schiele, abandonó la carrera para enrolarse en la Escuela de Artes Gráficas de Viena.

Tras abandonar el seno familiar y realizar una serie de viajes por Europa, Fritz Lang, cuyo nombre completo fue Friedrich Christian Anton Lang, fue reclutado para combatir en la Primera Guerra Mundial.

En ese periodo y durante una convalecencia, Lang conoció al director de cine Joe May, quien al ver el talento de Lang, le contrató para que colaborara con él y escribiera guiones cinematográficos.

Así fue como el vienés empezó a dar sus primeros pasos en el cine. Trabajó en Europa durante varios años, dándole forma a clásicos como Metrópolis o M, el vampiro de Düsseldorf, Los Nibelungos y La mujer en la luna, que posteriormente fueron considerados por los críticos como películas que mostraban el expresionismo alemán.

Ya en la Segunda Guerra Mundial fue seleccionado por el Ministro de Propaganda Nazi Joseph Goebbels para que dirigiera una serie de proyectos fílmicos con mensajes antisemitas, pero Lang declinó la oferta debido a sus raíces arias, por lo que trasladó su residencia a Estados Unidos.

Ya en Hollywood estuvo detrás de producciones como Furia en 1936.

Un año después Sólo se vive una vez, posteriormente La mujer del cuadro, en 1944, Perversidad, en 1945 y Más allá de la duda, en 1956.

Debido a su rebeldía, Lang jamás se alineó a ciertos patrones dictados por Hollywood, por lo que se vio en la necesidad de declinar infinidad de proyectos.

Regresó a Alemania en la década de los 50 para dirigir El tigre Esnapur, La tumba india y Los crímenes de Dr. Mabuse, que se convirtió en su última cinta, hasta que falleció en Los Ángeles en 1976. 

Se fue.  Las instalaciones de la Feria del Pequeño Comercio lucen desmanteladas.