‘House of Cards’: Temporada 4; todos vs Frank Underwood
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Dividida en dos partes muy concretas, esta cuarta entrega no explora tantos nuevos horizontes, pero como siempre es cautivadora e interesante
Calificación: 8 de diez
Yo no entiendo nada de política, menos de la estadounidense. ¿Por qué sigo viendo “House of Cards” entonces ahora por cuarto año consecutivo? Porque quiero pensar que tanto yo, como el resto de las personas que decimos que hay cosas que no entendemos de la trama, siempre encontramos algo más que sólo política, algo más que sólo la carrera de Frank Underwood por el poder absoluto de Norteamérica. Porque al final la serie no es tan inteligente ni complicada como aparenta. Es el drama de un villano caricaturesco que podríamos calificar de inverosímil, pero que nos fascina y emociona como si leyéramos una novela fantástica o viéramos una película de Marvel. Esto no es ningún defecto, es un halago, la serie sigue siendo igual de entretenida que sus otras entregas. ¿El problema? Que a estas alturas sería bueno explorar nuevos horizontes, situación que tienta a la producción, pero que todavía le da demasiado miedo para entrarle de lleno.
Como vimos en el final de la temporada pasada, Frank (Kevin Spacey) comenzará el siguiente reto en su paso hacia el poder: volverse presidente electo de Estados Unidos, ya que por ahora sólo es el sustituto. Y como también vimos en aquel emocionante final, uno de sus pilares más importantes (quizá el más importante de todos), la primera dama Claire Underwood (Robin Wright) decide abandonar su yugo, romper su imagen de pareja perfecta y perseguir una carrera política por su cuenta. Al menos así nos lo cuenta esta nueva temporada en sus primeros episodios, donde el estira y afloja de los Underwood es el maravilloso camino hacia un nuevo argumento. Enfrentar a Frank con la que había sido la gran autora de su carrera, sin quien no hubiera podido llegar a donde está, es un conflicto fascinante. Una de sus mayores aliadas estaría en su contra, lo cual tiene todo el sentido del mundo al tomar en cuenta que había vivido en su sombra por mucho tiempo, incapaz de sobresalir sin ayudar a su esposo.
Pero esta cuarta temporada no es sólo la lucha entre el matrimonio que más amamos odiar de la pantalla chica. Durante los emocionantes primeros episodios hay otro evento que pondrá en peligro la carrera del presidente Frank. Un obstáculo que no es precisamente humano y del que evitaré dar detalles para no arruinar la única gran sorpresa de esta entrega, aunque habrá quien me diga que ya el solo hecho de mencionarla es un spoiler en sí mismo. De todas maneras les digo que no se preocupen demasiado. Estos episodios son emocionantes porque nos sacan de nuestra zona de confort, nos llevan por otros ámbitos inexplorados y sacuden las bases de lo que conocemos hasta ahora. Es decir, la serie es simplemente la carrera en ascenso del personaje protagonista, quien hasta ahora no había tenido una barrera tan grande que se interpusiera entre él y su objetivo principal, algo que lo sacara del camino que tan cuidadosamente había dibujado.
Podríamos quedarnos con eso y si la extensión de cada temporada fuera la mitad de capítulos que en realidad la componen, tendríamos un drama muy consistente y poderoso. Pero la historia sigue y es entonces donde vemos una clara división. Podemos dividir la cuarta temporada en dos partes muy marcadas y aunque tiene distintos conflictos, uno puede ver claramente que a partir de cierto punto los problemas de Frank son otros mucho más parecidos a los que se nos habían presentado antes. La historia retoma un camino más convencional, más anclado a lo que ya hemos visto y es entonces cuando pierde fuerza. Es como si nos diera una pequeña probadita de lo que pudo haber sido si fuera mucho más atrevida y osada y después se arrepintiera por miedo a perder a la audiencia que ya tiene cautiva.
Este no es un problema sólo de “House of Cards”, es algo con lo que casi todas las series de televisión y franquicias cinematográficas tienen que lidiar en algún momento. No caer en la rutina. Entonces, ¿esta nueva temporada cae en la rutina? Un poco, pero esto no significa que haya perdido su magnetismo de estrella de Hollywood. La serie sigue siendo por mucho la producción más sólida de Netflix y justo esta temporada me di cuenta que todo era un engaño. Quiero decir, que la historia es mucho más básica de lo que aparenta. Con sus grandes actores de primer nivel, todos vestidos con una elegancia que lastima los ojos, ajustados vestidos sin una sola arruga, trajes con el nudo de la corbata más perfecto que se haya visto jamás; sus cámaras fijas, duras y frías; y, sobre todo, su charla mareadora política que sólo entenderán quienes estén involucrados en el tema o lean mucho al respecto, todos estos elementos maquillan muy bien la historia de un villano en busca del poder.
Pero con todo esto no quiero decir que la serie sea mala, ni aburrida, ni engañosa. Al contrario, es muy accesible y entretenida por estas mismas razones, aunque haya cosas que parece que no entendemos. Me parece, por ejemplo, que esta nueva temporada tiene mucha charada política incomprensible (es decir, más que las anteriores), pero nada de eso importa. La trama se entiende sencilla: Frank quiere el poder y hay una oposición que debe vencer. Así de fácil, como Batman contra el Guasón, sólo que aquí estamos del lado del Guasón. Para poner otro ejemplo del temor que tiene a la novedad podemos hablar del elenco. Mientras que una de las nuevas adiciones es la fabulosa Ellen Burstyn como la madre de Claire, ella tiene muy limitado tiempo en pantalla y en cambio vemos un regreso de casi todos los personajes que ya no tenían relevancia o tenían mucho sin aparecer. Hasta los muertos regresan (no, no se está convirtiendo en “The Walking Dead”) y estas apariciones a ratos hasta parecen innecesarios cameos que no aportan mucho a la historia.
El dato
> Creador: Beau Willimon.
> Elenco: Kevin Spacey, Robin Wright, Michael Kelly, Neve Campbell, Ellen Burstyn, Mahershala Ali y Jayne Atkinson.
> Género: Drama
> Temporada: 4
> Episodios 13
> Dónde: La serie se puede ver completa en Netflix