Icaro alucinante

Show
/ 15 noviembre 2022

Tres espectáculos en el mismo claustro. Mikel Eretxun, Elefante y Miguel Mateos.

A toda hora el sol ciega.

Caja en mano. Libros para lectura. La reseña posterior. El borde sirve de stop. Por la avenida los autos y los motoristas.

Ya le eché la vista a un ensayo histórico. Temas favoritos. La desnudes de nuestros héroes.

Soy palabrero del momento inoportuno. En la banqueta pierdo pisada. Por los aires salta la caja. En el segundo intento de afianzar, la grava esparcida de una obra remata el traspiés.

Alcanzo a meter la mano. Sucias las palmas. Adoloridos los codos, las rodillas y el honor. Estallo en carcajadas. De frente al sol. Icaro sin alas. En otra época, la resortera de mi cuerpo inmediato.

Nada quebrado. Uno y otro raspón. Continuo con el ataque de risa. Estoy siendo grabado por tres cámaras de la tienda de abarrotes de la esquina. Debo pedir el vídeo. Tal vez me convierta en viral, por la forma lenta de estrellarme.

Otra vez Icaro sin alas. Mama mía.

No voy a perder el evento de Mikel Eretxun, Elefante y Miguel Mateos. Ni un tropiezo evita la cita jamás pospuesta.

Tengo parte de la tarde para reposar. Uso el ungüento de emergencia. Volar sin alas. No es lo mío. Entre ocho y ocho cuarentaycinco para acreditar.

Tangana está en otro edificio en el parque fundidora. En la Arena Monterrey, los de más edad, sabios tal vez, cascados con seguridad, quienes detestamos la mal llamada moda urbana.

Tres espectáculos en el mismo claustro. Mikel Eretxun, Elefante y Miguel Mateos.

Boleto en mano. La báscula de algunas ocasiones. En el lobby, los reporteros, los influencers, los prensafans y los fotoperiodistas.

Mikel a las 21 horas del jueves 10 de noviembre del 2022, luce deslavado, ojeroso, en apariencia de cacería. Sus melodías rondan la nostalgia. El acento ibérico. Sobresalta en talento la guitarrista apellidada Iñesta. Vaya feeling a seis cuerdas. Adendo a su voz sutil.

La luz verde del escenario recortado a la mitad me pega justo en la mirada. Enceguece. Hacia arriba, más arriba, descansar el cuello. De inmediato a los años 70. Niñez. Planetario Alfa. Aquí la memoria. Los selectos de la arena. Queremos oír a Mateos.

Imposible poner falta a los éxitos de Duncan Dhu, Mikel. Con ello cierra su hora de participación.

Los cambios de equipo dilatan la siguiente agrupación. Jamás he visto a Elefante. Search en Google. Oriundos de la ciudad de México.

Ya recuerdo. Algunas de las melodías. Rock. Tal vez. Canciones para entonar cuando el karaoke se ha puesto pesado. Letras aseñoradas. Son las 22:30. Todavía falta Mateos.

El abandonado, la ramera, despecho e ingratitud. Con tequila se curan todas las tragedias. Hasta volar cerca del sol. Pero no bebo. Rayos. Duele el codo. Las rodillas. Ajustado al asiento.

Miguel Mateos. Mateos. Mateos.

A las 23.30, soy Icaro caído. Insoportable continuar en la misma posición. Ya será a la otra. Lo siento Miguel Mateos. Quedo a deber escuchar tus grandes éxitos. Mis alas ya no dan para más. En el camino al cielo, mientras conduele la musculatura, nos encontraremos de vuelta. Algún nuevo festival por inventar. Ahí estaré Mateos.

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