Juan Gabriel en el Palenque de Saltillo

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/ 2 septiembre 2016

    Corría el domingo por la tarde cuando en lo que esperábamos la edición más reciente de los VMA´s de MTV a lo mejor en videos del año nos enteramos de la muerte de Juan Gabriel.

     La noticia, en un principio sin confirmar por fuentes oficiales, comenzó a dar la vuelta al mundo a través de las redes sociales, y para esa misma noche cuando terminó de confirmarse no sólo opacó a aquellos tan demeritados y decadentes premios, sino que en medios importantes como “The Guardian”, de Inglaterra, reseñaba la noticia refiriéndose a Juan Gabriel como “el Elvis mexicano”.

     No podía haber una mejor forma de describir al autor de innumerables éxitos como “El Noa Noa”, “Hasta que te conocí” o “Amor eterno”, y mucho menos si un servidor, como un buen número de saltillenses que nos dimos cita en el Palenque de la Feria de Saltillo de 1987, cuando ese escenario le dio la bienvenida a otros grandes como Vicente Fernández, Lucha Villa, José José, Lupita D-Alessio y otros de ese calibre.

     Para esto, vale la pena mencionar que un servidor acababa de cumplir la mayoría de edad, por lo que el acudir a un lugar “prohibido” hasta ese momento de mi vida ya era una ocasión para celebrarse en aquella incipiente adultez, y si a eso le agregamos que Juan Gabriel, como Michael Jackson, Madonna, y otros más, eran los artistas que veíamos en la tele (en México a través de “Video éxitos”, conducido por Gloria Calzada) o en la radio (en agosto de 1985, justo cuando “Querida” mantenía el primer lugar de popularidad por un año consecutivo a nivel nacional, se inauguró en la FM la estación de Stereo Saltillo de la que fue uno de sus artistas de mayor rotación) por lo que el saber que el clímax de aquella noche transgresora iba a ser la presentación sobre aquel escenario de “El Divo de Juárez” era la gloria.

     Y como diría el mismo Juanga “Así fue”: Luego de un par de horas de tener que aguantar a gallos destazándose, unas cheves por acá y otras por allá para amortiguar la sangre, el sudor y el olor a cigarro, como si hubiéramos escuchado la rola de “La muerte de un gallero” el tiempo apreció detenerse cuando las luces se apagaron, los galleros de sombrero, bota, cinturones pitiados y bigote de Chis Chas se pusieron muy serios, como si les hubieran quitado literalmente su gallina huevos de oro, como esperando a la próxima víctima para colgar en el cadalso.

     Pero en lugar de callar los mariachis tocaron, Juan Gabriel subió al escenario con toda aquella energía incontenible, pero con la maestría que lo caracterizaba como el “show man” que era, a la manera de lo que a uno le ha tocado ver de Elvis en la tele clásica o películas de él, iba sirviendo como el mejor chef primero el aperitivo, la tanda del primer tiempo, la tanda del segundo, del tercero y así consecutivamente, hasta llegar a un postre que equivalía al clímax al que todos aquellos galleros ya bailaban sobre las mesas, algunos sin sombreros, quizás alguno hasta sin cinto, en lo que mis amigos y yo cantamos, bailamos, disfrutamos de una de las mejores noches de conciertos de nuestras vidas.

    Y vaya que en lo personal he sido privilegiado de ver a artistas de la talla de The Who, Rolling Stones, Guns N´Roses, y otros más, pero de México, entre lo mejor, está Juan Gabriel, después de verlo en vivo y en su mejor momento en el Palenque de Saltillo. Descanse en paz y gracias por su legado.

     Comentarios a: tavoneto69@yahoo.com.mx

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