Los sueños de Philip K. Dick a la TV

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/ 10 enero 2018

    “Philip K. Dick’s Electric Dreams” ha generado un ruido casi silencioso. A pesar de contar con actores populares en su elenco (Bryan Cranston, Steve Buscemi, Anna Paquin, Terrence Howard Liam Cunningham o Vera Farmiga) y de ser uno de los proyectos más esperados por los fanáticos de la ciencia ficción, desde su estreno en Reino Unido (por Channel 4) en septiembre del año pasado, poco han dicho la crítica y los medios de comunicación.

    Este viernes, el servicio de streaming de Amazon traerá a Estados Unidos y Latinoamérica esta serie de antología, compuesta por 10 episodios basados en los cuentos del famoso escritor de ciencia ficción estadounidense, Philip K. Dick. 

    A la serie se la ha comparado con “Black Mirror”, al menos en cuanto a formato, género e intenciones. Pero desde ahora les digo: no estamos hablando de proyectos similares. La gran diferencia es la siguiente. “Black Mirror” reúne historias sobre el futuro y las artimañas de la tecnología pensadas desde el hoy. Los cuentos de Dick que inspiraron los episodios de “Philip K. Dick’s Electric Dreams” fueron publicados en su mayoría en los años 50, por lo que la ciencia ficción propuesta por el estadounidense, aunque maravillosa, se acerca más a la fantasía.

    En el papel, la obra de Dick se caracteriza por su crítica al progreso desprovisto de visión humana. Visualizó un futuro donde crecen el autoritarismo y los monopolios controladores y multimillonarios. Donde las clases sociales se tornan cada vez más evidentes y disparejas. Donde la tecnología se vuelve en nuestra contra directamente, y donde las drogas que alteran la conciencia mantienen sedado el espíritu de la mayoría.

    Estas temáticas deberían reflejarse en “Philip K. Dick’s Electric Dreams”. Van seis episodios transmitidos, algunos mucho mejores que otros. ¿Cómo trasladar esa perspectiva a nuestros días? No es tarea sencilla, y algunos escritores y directores parecen perdidos en la fascinación que provocan los ambientes sombríos de Dick (perfectamente retratados en “Blade Runner”) más allá de su acercamiento a las profundidades del ser humano y su obstinada necesidad de conquistarlo todo, de poseerlo todo, de negar sus miedos más recónditos.

    “Philip K. Dick’s Electric Dreams” es un buen experimento con resultados poco favorecedores. Por lo pronto, dos episodios destacan del resto y hacen que la serie valga la pena. ¿Qué más falla, además de la interpretación algo inocentona que se hace de los relatos de Dick? Es un desequilibrio en el poder de sus historias y una falta de arriesgue a la hora de traer de vuelta relatos escritos hace siete décadas.

    Ojalá este intento no se quede en los diez episodios. Hay tantos cuentos maravillosos de Philip K. Dick, que con algo más de osadía y atrevimiento, podrían convertirse en verdaderas interpretaciones audiovisuales de estos sueños eléctricos. Entonces sí, la descarga nos dejaría pasmados.

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