Napoleón hizo de su vida una obra de arte
El cantautor -en íntima entrevista- nos enseña que a la vida se le enfrenta como a la página en blanco y a los toros; con valor y sentimiento
Sobre el periférico Echeverría, la vía que bordeaba la ciudad hace 40 años y ahora acabó integrada a la mancha urbana; en un hotel del norte de Saltillo, me encontré con Napoleón.
Llegué antes a la cita y lo esperaba en el lobby, cuando escuché su voz a mi espalda: “No cargue la maleta señor, tiene rueditas. No se vaya a lastimar”.
El señor al que se refería era quien se encarga de mover el equipaje de los huéspedes, y la maleta; una
azul, apretada, donde guardaba sus cosas.
Lo vi caminar a la máquina del café, mientras el empresario que lo trajo a la ciudad, me habló de la ajetreada mañana que tuvieron visitando estaciones de radio, y de los problemas en la garganta del cantautor.
“Es este clima”, le dije. La explicación sobraba, porque llegaban a tiempo, y mi comentario sobre la lluviosa y fría mañana no podía ser más intrascendente.
Ni siquiera subió a su cuarto, al fondo del pasillo Napoleón daba algunas indicaciones, mientras yo revisaba las preguntas. En eso estaba, cuando un: “Podemos empezar” del empresario me regresó al hotel.
Ya Napoleón me esperaba en la mesa y lo vi con más detenimiento. Muy delgado, con el cabello entrecano y las arrugas de sus 67 años en un rostro ovalado. Tras un intercambio de cortesías nos sentamos.
-¿Le sigue pareciendo el canto de un grillo la cosa más triste?, le pregunté. Se quitó los lentes, quizá para verme mejor. ¿Cómo me dijiste que te llamas? me dijo, y le repetí mi nombre.
“Bueno, pues sí, en el lugar donde vivo, casi en el campo, tengo todos los días referencias de esos animalitos. Sí, siento que el canto del grillo está asociado -es el canto del celo del grillo ¿no?, buscando compañera- pero yo siento que es un canto melancólico, siempre en medio de la noche.
Esa idea se me vino aquella vez en la ganadería “Toros Bravos”. Yo tenía unos 14 años cuando fui a tentar ahí, a torear en el campo. Bueno, a ver si alguien me “daba las tres”. Esa tarde estaba Antonio Lomelín toreando y me dio “las tres” de una vaca muy buena que ya no quiso seguir toreando.
Me dijo: “A ver, bájate tú muchacho”.
-¿Estamos hablando de Aguascalientes?-
“Sí. Y me bajé y la toreé. La vaca que había toreado él la dejó con muchos pases, la dejó embistiendo mucho y la toreé más o menos bien. Yo no tenía mucha experiencia, así que me defendí más o menos y hasta ahí quedaron las cosas.
Nos fuimos todos a comer, y yo me sentía triste porque no toreé como yo hubiera querido. No tenía todos los conocimientos (…) y me quedé ahí en la tarde, pensando: “No lo hice bien” y por eso escribí en la canción:
“yo siento que vivo por ti aunque tú no me quieras.
Y siento que escribo por ti las cosas más bellas,
y aunque como el grillo yo viva cantando,
cantaré para ti aunque sea de tristeza,
hasta el día en que yo muera.”
- Fue una canción al toreo más que a una mujer.-
“Inspirada en los toros. Fue porque no se me dieron bien las cosas y me sentía muy triste”.
-Revisando su obra y comparándola con su biografía, si tomamos un puñado de sus canciones uno podría rehacer con ellas su vida. Su obra son álbumes discográficos, pero parecen álbumes de fotografía.-
“Yo siento que la canción que requiere explicación, ya no se entendió. Las canciones tienen que relatar en tres minutos y medio más o menos, una vivencia, un estado dea ánimo”.
-Empezó muy joven en la música, su primera canción la compuso a los 9 años, pero muy joven inició también con los toros.-
“Yo solo quise ser torero”, así se llama mi libro, solo que mis amigos en Monterrey me inscribieron en un concurso de talento con Rómulo Lozano y participé para seguirles la broma y lo gané. Tenía 16 años y estaba en la ciudad buscando una oportunidad para torear.
A mí los toros me gustaron desde que vi con mi hermano la película “Torero”, sobre Luis Procuna.
- Volviendo a la música, ¿recuerda con qué canciones ganó aquel concurso?-
“Canciones que me enseñó mi mamá. Participé con varias, porque fueron varias etapas, canté “Divina Ilusión”, “Cantares”, “Caminito”, “A la orilla de un Palmar” y así hasta la final”.
-Platíquenos de su proceso creativo, ¿usted piensa en prosa o en verso?-
“En verso. Yo no batallo, si en este momento me tengo que poner a escribir sobre algo, lo hago. Se me vienen las ideas a la cabeza, no es difícil. (…) Si me pidieran canciones para un disco, llenaba cuatro y me sobraban”.
Y cuando me dice que escribir es lo más sencillo y que las ideas le llegan fácil, veo su mano simulando escribir sobre un papel imaginario y recuerdo a Flaubert, que comparaba a las metáforas con moscas revoloteándole en la cabeza y a él espantándolas y me imaginé el cuarto de Napoleón lleno de grillos y a él escuchándolos atento.
-¿Se debe su éxito a un talento natural o hay algo más?-
“Yo pienso que si tú sabes qué quieres en la vida, lo cultivas. Yo leí por equivocación a Manuel Acuña desde que era un niño y me fue difícil comprenderlo y después leí a otros escritores que me ayudaron…”
-¿En sus canciones?-
“Claro, como Miguel Hernández, y Machado, los dos Machado”.
-Para dejar en claro que el medio no te determina, alguien dijo, no recuerdo quien: “Paul Valery es un burgués, pero no todos los burgueses son Valery”. ¿Podemos decir que Napoleón es de clase media, pero no todos los clasemedieros son Napoleón?-
“No, yo vengo de mucho menos que media. Mis padres muy humildes. Mi padre viudo con seis hijos, y nosotros fuimos seis, nomás imagínate”.
-Su mamá fue segunda esposa de su padre-
“Así es. Fue viudo él y mi madre fue su esposa, hasta la muerte de los dos. Entonces, yo aprendí a conseguir las cosas desde pequeñito.
Mi padre tenía una hortaliza, plantaba rábanos, cilantro, perejil, legumbres y nosotros vendíamos en el mercado de La Purísima, poníamos nuestro costalito ahí abajo… sin permiso ¿eh? ya sabes, nos andaban correteando”.
- Una vida complicada, pero con la familia unida se forja el carácter-
“Así es”.
-Escuché el paso doble que le compuso a José Tomás, a quien admira, lo voy a citar: “por donde se le planta a los toros”. ¿Dónde nos debemos plantar para enfrentar a la vida?-
“Como los toreros, de frente, con valor, con dignidad, sin moverse, porque el toro embiste a lo que se mueve y entonces el toro, cuando lo siente a uno dubitativo, lo agarra inmediatamente. José se pone donde no se ponen los otros toreros.”
-Cuénteme de su experiencia al dejar la música-
“Fueron alrededor de cuatro años, siempre toreé, pero en esa etapa lo tomé más en seri0 con novilladas y me hice matador. Solo que descuidé la música, las disqueras me pidieron decidir una cosa y la otra y cuando quise volver no tenía yo chance ni compañía grabadora y entre mi esposa y yo pusimos una tiendita".
-¿En serio?-
“Claro, yo volví a cantar porque un tipo me reconoció. Llegó a la tienda y me dijo: ‘me da un refresco, una Coca Cola de lata’. Le dije, aquí tiene”.
-¿Esto de nuevo en Aguascalientes?, le pregunto y me responde que sí y conforme avanza en la narración lo veo muy conmovido-.
“Se me quedó viendo y me dijo: ‘Tú eres Napoleón, verdad’.
Sí le contesté y me dijo: “Qué chingados estás haciendo aquí”. Enojadísimo me lo dijo.
Qué chingados haces aquí me repitió. ¿Qué te pasa? Tú eres un compositor, tú eres un cantante. Por qué me
estás dando tú un refresco a mí”.
Y en qué te ofendo, le dije. Es mi trabajo, es mi tiendita, aquí te estoy dando tu refresco.
No, tú estás llamado para hacer otras cosas, me contestó y me aventó el refresco y se fue.
Y yo me quedé muy triste.
A los tres días el hombre volvió a la tienda a disculparse. Me pidió perdón y me dijo: ‘que lección me has dado, que siendo lo que has sido nos atiendas a los que venimos’.
Pero él me abrió los ojos y le dije a mi esposa: Me voy a México.
Tenía 40 años y empecé de nuevo, le tupí durísimo. Empecé desde abajo, cobrando 8 mil pesos por cantar en un lugar cualquiera, me rompí el alma otra vez y el hocico y todo y otra vez lo logré.
Pero en ese tiempo en que dejó la música, ¿sus canciones no generaron regalías?-
“Sí generaban pero me encontré con gente muy vival. Había una persona que se aprovechó de que dejé de asistir a México y cobraba mis regalías sin que yo me diera cuenta. Fue una persona conocida… amiga.
Me pasaron muchas cosas, pero quizá yo provoqué por dedicarme solo a los toros, por el gusto por todo eso”.
Aquí Napoleón empieza a toser un poco y pasamos a otro tema, las redes sociales. Le comento que YouTube hay videos suyos con más de 8 millones de reproducciones y que los más notable es que los comentarios que dejan son en su amplia mayoría buenos.
-La gente lo ve como un artista talentoso y decente-.
“Y lo agradezco siempre. Sobre las redes sociales, mi hijo es el que se encarga de todo. Yo me siento con mi guitarra, mi piano y mi máquina de escribir mecánica. Pero claro que veo lo que por ahí aparece.”
-De su visita a Saltillo, la hace para promocionar el disco Napoleón Vive. Hábleme de él.-
“Es una producción que empezamos hace dos años. Yo estaba corriendo cuando recibí una llamada de la productora y ahí empezó todo”.
-Y hay mucha gente involucrada-
“Muy talentosa, hay mucho trabajo en los arreglos musicales. Lo grabamos en diferentes estudios. En Nueva York, Los Ángeles. Todas las cuerdas se grabaron en Holanda, por eso tardó dos años”.
-Lo grabó con amigos-
“Estuvo conmigo José José, Yuri, Mon Laferte, María José, Manuella Torres. Y de músicos muchos y muy buenos. Estuvo conmigo Abraham Laboriel, un excelente bajista.”
- Canta también con su hijo-.
“Es muy talentoso y también escribe, ya van a tener noticias de él”.
-El disco lo componen sus grandes temas con arreglos, pero qué hay de temas nuevos. ¿No ha dejado de componer?-
“No para nada, tengo muchísimos temas, ahora mismo le envié cinco canciones a Alejandro Fernández para ver si graba alguna, otra vez estoy en la jugada, esto me ha traído nuevos ánimos, ilusión.”
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