¿Presagio? Retumba subsuelo de Saltillo con festival de Metal y Rock
Debajo de las calles en el Centro de Saltillo, retumbaron acordes para los amantes del Rock y el Metal; así fue el inicio de la escena musical en pleno 2025
El inicio del año crea altas expectativas para todos; es una presión que se acumula como el recalentado en los refrigeradores. Tanto en los laberintos socioeconómicos hasta en las planicies más simples de la sociedad, se germina la incertidumbre. Es un salitre que cada adulto, no importa si yace kilómetros lejos del mar, resiente por la parálisis y reinicio que simboliza enero.
Sin embargo, en la capital coahuilense, durante el primer fin de semana del año, se desarrolló un evento de pleno caos y euforia.
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Pasando por la calle Ignacio Allende, en cruce con Melchor Ocampo, los transeúntes del sábado oyeron una serie de composiciones musicales, tan alocadas como hipnotizantes, brotar desde las entrañas de la tierra. Las melodías y ritmos eran provenientes del Underground bar; un sitio clave para disfrutar de la escena de rock y metal local. Pero a diferencia de otros espacios de nicho, donde la experiencia es grata y calmada, lo sucedido en este sitio se torna en una experiencia que se aferra a ti.
Para algunos, el haber entrado por ese umbral, ver el increíble mural de la entrada y bajar las escaleras para contemplar la nítida oscuridad, pudo haber sido una pesadilla febril, o incluso el escenario de una película de horror, tipo B. Pero para todos los asistentes de la escena fue el descontrol que necesitaban para sentirse revividos este 2025. Solo en un espacio así, se pudo haber orquestado un breve festival de metal, y no en su expresión típica, sino que se expuso con sus formatos más impactantes y depravados: el grindcore, goregrind y pornogrind.
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Quizás Saltillo conserve una imagen de serenidad y orden; pero en la mente de sus habitantes se cocinó la idea fenomenal de iniciar el 2025 con la sutileza musical de una carnicería.
La vorágine de acordes, los guturales porcinos y el tupa tupa de la batería hechizaron el lugar. Las canciones eran violentas, tan brutales como presenciar las más graficas escenas de Hostal y su secuela.
En el escenario, tres grupos explotaron sus instrumentos. Sus nombres, Puerkochinos; Skin Rotten Burger; y los teloneros, Brutal Pig, infectaron las mentes de los escuchas. Los aplausos y los aullidos crecían a la par de las risas, de las cervezas servidas y del limitado, pero voraz, mosh pit, frente de los músicos. Todo organizado por la producción de Hellhounds Prod; con la segunda entrega de show: DREPXVED PXRTY II.
Gracias a ellos, ese sábado 4 de enero, las calles del centro se agitaron. La gente se arrancó su letargo decembrino. Los vendedores de hot dogs callejeros, quizás, se espantaron. No por los esquemas sociopolíticos del presente, sino por los estruendos de un nicho musical; cuya presencia, a principios de años, logra ser un augurio de lo disparatado e intenso, que será el 2025 en México.