‘Star Wars me llevó a terapia’: Daisy Ridley

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/ 10 diciembre 2017

La actriz, una de las heroínas de las últimas entregas de la Guerra de las Galaxias, habla sobre la presión de la fama

LONDRES.- Daisy Ridley puede que sea una jedi con poderes mentales en las últimas entregas de Star Wars, pero en su día a día la actriz no lo ha tenido tan fácil para lidiar con algunos de los contras de su profesión. Especialmente desde que saltó a la fama en 2015 por su papel de Rey en “Star Wars: El Despertar de la Fuerza”, de JJ Abrams. Casi de la noche al día, esta intérprete británica se vio sometida a la presión de la fama, y eso la llevó a buscar ayuda. 

“Star Wars me llevó a terapia”, ha dicho la actriz, de 25 años, en una entrevista con The Telegraph, en la que habla de cómo intenta lidiar con la presión mediática tras entrar a formar parte de una de las sagas con más éxito del cine. Algo que le llevó el año pasado a buscar ayuda y apoyo psicológico durante seis meses.

“Desde que era adolescente he sufrido ansiedad, tendría que haberlo hecho mucho antes, pero de repente me di cuenta de lo bueno que es hablar de estas cosas. Vivir todo esto junto al mismo grupo de personas es maravilloso, pero a veces también es muy bueno apartarte (del reparto y equipo de Star Wars) y realmente procesar lo que está pasando, y cómo me sentía con todo ello”, cuenta Ridley al periódico británico.

Una fama bastante repentina —que ahora está a punto de repuntar de nuevo tras el estreno de “Asesinato en el Orient Express” y con la próxima “Star Wars: Episodio VIII. Los últimos Jedi”— que asegura que no solo le afectó a ella. “Sé que también fue muy difícil para mi madre. Es difícil para cualquier madre que su hija pequeña de repente sea algo de lo que la gente reclame partes. Algunas veces siento que me he limitado sobre hablar de las cosas buenas y malas, porque nunca he querido parecer desagradecida, lo que tengo la oportunidad de hacer es extraordinario. Pero no siempre es fácil”, asegura la intérprete.

No es la primera vez que habla sobre los efectos de la fama, ya lo hizo el pasado noviembre, cuando se convirtió en la portada de la revista Vanity Fair. “Todo fue muy confuso. La gente me reconocía y aún sigo sin saber cómo lidiar con ello. La piel se me podía fatal por los nervios. Estaba devastada. Me sentía continuamente observada y cohibida”, aseguraba a la publicación.

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Precisamente las críticas y comentarios sobre su acné que recibió tras publicar una foto en su Instagram fue uno de los motivos que le llevaron a cerrar su cuenta en agosto del año pasado, una red en la que era muy activa y en la que hablaba, por ejemplo, de la endometriosis que sufre desde los 15 años o se defendía ante quienes criticaban su aspecto. Una decisión que tomó también por los comentarios negativos que le escribieron por rendir un homenaje a las personas que habían muerto en Estados Unidos por arma de fuego. Y hoy también vive sin cuenta de Twitter.

“De repente pensé, ¿en qué mundo vivimos que nos afecta tanto lo que se dice online? Soy una persona bastante sólida, pero mi confianza se vio dañada. Realmente no era nada sano”, asegura a la publicación sobre ese episodio. “Durante tres días estuve en shock. Fue el despertar más violento de lo que Internet puede ser. Así que me salí, simplemente porque pensé que mi alma era más importante. A medida que estoy en más películas y todo se vuelve más público, saboreo más las cosas privadas”, dice ahora que vive mucho más feliz sin la presión de las redes sociales.

“Obviamente estoy viviendo una vida diferente de la que nací, pero sigo viviendo en el mismo sitio (Londres), mi familia siguen siendo mis personas favoritas, mis amigos son los mismos y sigo viajando en metro”, cuenta a The Telegraph. Una vida normal que compagina con intentar encontrar sus momentos de paz y tranquilidad, ya sea con un baño o leyendo un libro o practicando pilates, mientras lucha por intentar no ver como algo normal todas las ventajas que tiene su vida de estrella.

Su intento de mantener esa privacidad le ha llevado a tomar la decisión de no contestar nunca a las preguntas sobre su vida sentimental, siguiendo el consejo que en su día le dio Carrie Fisher. “Es difícil tener citas una vez que apareces en Star Wars, porque no quieres darle a la gente la oportunidad de poder decir ‘me he acostado con la princesa Leia”, le dijo la fallecida intérprete. 

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