Voraz
COMPARTIR
TEMAS
A principios de mes, la exhibición de la película francesa “Voraz” (“Raw”), de Julia Ducourneau, como parte de la 62 Muestra Internacional de Cine causó desde funciones agotadas hasta críticas encontradas.
De hecho, hubo incluso personas que al final de su segunda y última función pidieron a los organizadores una tercera para tener oportunidad de verla, algo que ya no pudo realizarse porque por primera vez la Muestra iba a exhibirse también en ciudades alternas del estado como las de Monclova y Piedras Negras, y por tanto la copia de la misma no pudo estar disponible ni siquiera para fines de esta edición del ciclo como se tenía previsto.
La buena nueva para aquellos que se quedaron con ganas de ver este controversial filme a partir del día de hoy los complejos de Cinépolis de la ciudad lo estarán exhibiendo y lo único que podemos anticipar para que pueda disfrutarla en caso de ser uno de los espectadores que está esperando una experiencia traumatizante que la lleva a desmayarse como se hizo viral (sin comprobar su certeza) en algunos festivales de los que formó parte el año pasado, es que no se haga falsas expectativas y disfrute de la proyección sin hacerse muchas expectativas porque sí podría decepcionarse en gran manera.
“Voraz” inicia con una secuencia que nos ubica en un contexto de suspenso al ser testigos de un accidente de auto en medio de una carretera en el cual su chofer queda mal herido en su volante y cuando finalmente alguien en apariencia se acerca a ayudarlo más bien lo ataca. Acto seguido, conocemos a Justine (Garance Marillier), una joven quien al comer con sus padres opta en un buffett a sólo comer puré de papá por ser vegetariana, por lo que al ver su madre que le sirvieron un pedazo de carne en su comida va a reclamarle a la persona responsable de ese descuido.
Esto sólo va acomodando la mesa para lo que será el platillo principal de la cinta: el hecho de que Justine, siguiendo los pasos de su hermana mayor aunque oveja negra de la familia, Alexia (Ella Rumpf) al acudir a estudiar a la prestigiada escuela de veterinarios Saint Exupery cuyo prestigio es al parecer una fachada puesto que detrás de este se encuentra un entorno estudiantil despiadado sobre todo para los estudiantes de nuevo ingreso a los que obligan a participar en salvajes novatadas y fiestas que a la virginal muchacha trastornan por completo, siendo la “cereza del pastel” el que siendo vegetariana la obligue inclusive su hermana a comer unos riñones de conejo, acción que resulta en ella contraproducente puesto que le despierta el voraz canibalismo del título.
Dicho todo lo anterior, y complementando los comentarios virales del supuesto gore que incluye y propició aparentes desmayos en varios espectadores que la vieron durante su paso por festivales, “Voraz” no es una variante francesa, por ejemplo, de series de zombies como “The Walking Dead” con todo y sus metáforas políticas y sociales, sino el drama reflexivo de una joven inmersa en un contexto de juventud desenfrenada como la que en nuestro mismo país hemos visto en notas como las de los recientes pleitos de graduaciones de colegios como los del Cumbres contra el Irlandés de la capital mexicana y encaminan a aquello de si no puedes contra el enemigo únete.
Comentarios a: alfredogalindo@hotmail.com, Twitter: @AlfredoGalindo