Vulnerable la llanura costera de Sinaloa ante los efectos del cambio global

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/ 28 septiembre 2015

La actividad humana es la causa principal de pérdidas de biodiversidad y cambios en la dinámica poblacional

CIUDAD DE MÉXICO.- "Cambios en el paisaje de la llanura costera de Sinaloa y alteraciones en la biodiversidad de los humedales son algunas de las consecuencias derivadas de las actividades humanas", expresó el doctor Arturo Ruiz Luna, investigador titular del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (ciad), Unidad Mazatlán.

El doctor del ciad expresó que, "parte de la llanura costera en dicho estado la conforman humedales que, al igual que el resto de los ecosistemas, son de gran importancia para mantener un equilibrio no sólo climático, sino también humano".

De acuerdo con la Ley de Aguas Nacionales 2012, los humedales son zonas de transición entre los sistemas acuáticos y terrestres, que constituyen áreas de inundación temporal o permanente, que pueden o no estar sujetas a la influencia de mareas, y que son delimitadas por vegetación hidrófila (saturada de agua).

Manglares y pantanos son algunos tipos de humedal costero en los que, al cubrirse regularmente de agua, el suelo se satura y queda desprovisto de oxígeno, efecto que da lugar a la formación de dichos ecosistemas.

Los humedales costeros ofrecen cuatro categorías de servicio. La primera es de provisión, es decir, provee de bienes de uso inmediato (agua, alimento, etc.). La segunda es de regulación, que mantiene el buen funcionamiento del ecosistema; la tercera categoría radica en lo ecosistémico, la cual brinda materia prima al resto de los servicios, y la cuarta es la cultural, que contempla beneficios no materiales, como la recreación.

Cada uno de estos servicios está destinado al beneficio humano, por lo cual flora y fauna se convierten en bienes para la población. Sin embargo, es el ser humano quien contribuye al deterioro de los humedales costeros.

"Actividades como la agricultura y la industria, y además del crecimiento demográfico alteran no sólo las condiciones atmosféricas, sino también el uso del suelo, la biodiversidad y los ciclos biogeoquímicos del humedal", afirmó Ruiz Luna.

Cuando dos o más de estos factores alterados convergen, las consecuencias pueden ser perjudiciales.

Entre los efectos dañinos de este proceso está el incremento de la temperatura superficial del mar, la intensificación de precipitación, el blanqueamiento de los corales, el calentamiento de ríos y lagunas y los cambios en la salinidad del mar.

Por otro lado, las comunidades cercanas y que requieren de los servicios otorgados por el humedal también se ven perjudicadas. En este sentido el riesgo de inundaciones, la modificación a la biodiversidad y la pérdida total o parcial de un humedal representan graves consecuencias para la población.

Ante tal problemática, el ciad ya emprende acciones para contrarrestar esta situación. "Se ha valorado una serie de estrategias para el aseguramiento de la disponibilidad de agua para los humedales sinaloenses y ya se trabaja en un monitoreo para detectar zonas vulneradas y ocuparse de su restauración", dijo el doctor Arturo Ruiz.

Pie de foto: Los humedales que conforman la llanura costera de Sinaloa están siendo afectados por la actividad humana, y como consecuencia, el ecosistema se vulnera, trayendo consigo un desequilibrio climático, de fauna y flora.

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