Selfies... Si haces esto es probable que tengas un trastorno mental

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/ 5 septiembre 2018

Las 'selfies' con filtro pueden hacer que las personas pierdan el contacto con la realidad, creando la expectativa de que debemos estar perfectamente arreglados todo el tiempo

Un estudio del Departamento de Dermatología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston (EEUU) sugiere que las personas que prestan demasiada atención a su aspecto físico en redes sociales como Snapchat e Instagram podrían sufrir un trastorno dismórfico corporal por preocuparse fuera de lo normal por sus defectos físicos.

No solo se preocuparían por sus defectos físicos reales, sino también por los imaginarios, ampliados por la imagen que estas personas intentan proyectar en Instagram, Snapchat o Facetune. La culpa, subrayan, la tienen los numerosos filtros que modifican la apariencia. Modificar la nariz, las orejas, los ojos o los pómulos, si bien parece inofensivo, puede llegar a ser nocivo.

Proyectar una imagen que realmente no existe para recibir la aprobación de los demás en algunos casos hace que la persona quiera parecerse más a esa imagen ficticia que a la real.

El estudio, publicado en el portal JAMA Facial Plastic Surgery, recuerda que la edición de fotografías estaba inicialmente solo al alcance de las celebridades, cuando los rostros de modelos libres de imperfecciones copaban las portadas de las revistas y los anuncios. La llegada al gran público de esos mismos métodos de edición digital está haciendo mella, dice el estudio, sobre la autoestima.

“El trastorno dismórfico corporal es una preocupación excesiva unida a un defecto percibido en la apariencia que entra dentro del trastorno obsesivo-compulsivo. El trastorno es más que una inseguridad o una falta de confianza. (…) Hacen todo lo posible por ocultar sus imperfecciones, hacen movimientos repetitivos como pellizcarse la piel o arreglarse [continuamente], y pueden visitar dermatólogos o cirujanos plásticos con frecuencia, con la esperanza de cambiar su apariencia”, dice el estudio.

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¿Qué es el trastorno dismórfico corporal?

Con la difusión de la tecnología de edición de fotos a través de aplicaciones como Snapchat o Facetune o en las propias redes sociales, el nivel de "perfección" física que antes solo se veía en las revistas de celebridades o belleza ahora se encuentra en las redes sociales.

   A medida que estas imágenes se vuelven norma, la percepción de la belleza está cambiando en todo el mundo están cambiando, lo que puede afectar la autoestima de las personas y desencadenar un trastorno dismórfico corporal, según advierten investigadores de Boston Medical Center (BMC) en un artículo en la revista 'JAMA Facial Plastic Surgery'.

   El trastorno dismórfico corporal (TDC) es una preocupación excesiva por un defecto percibido en la apariencia propia, a menudo caracterizado por personas que toman a grandes (y a veces poco saludables) medidas para ocultar sus imperfecciones.

   Esto puede llevar a visitar repetidamente a dermatólogos o cirujanos plásticos que visitan con la esperanza de cambiar su apariencia. Este trastorno afecta a alrededor del 2 por ciento de la población y se clasifica dentro del espectro obsesivo-compulsivo.

   Los investigadores hacen referencia a estudios que muestran que las adolescentes que manipulan sus fotos estaban más preocupadas por su apariencia corporal, y precisamente las personas con imagen corporal dismórfica buscan las redes sociales como un medio de validación. Investigaciones adicionales han demostrado que el 55 por ciento de los cirujanos plásticos informa haber visto pacientes que desean mejorar su apariencia en sus 'selfies'.

   "Ha aparecido un nuevo fenómeno llamado 'Snapchat dysmorphia' (dismorfia del Snapchat) --advierte Neelam Vashi, director del Ethnic Skin Center del BMC y de la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston-- donde los pacientes están buscando que la cirugía les ayude a parecerse a las versiones filtradas de ellos mismos".

   Además, los autores advierten de que la cirugía no es la mejor opción en estos casos, porque no mejorará y puede empeorar su TDC subyacente. Por el contrario, recomiendan intervenciones psicológicas como la terapia cognitivo-conductual y el tratamiento del trastorno de una manera empática y sin prejuicios.

   "Los 'selfies' con filtro pueden hacer que las personas pierdan el contacto con la realidad, creando la expectativa de que debemos estar perfectamente arreglados todo el tiempo --advierte Vashi--. Esto puede ser especialmente dañino para los adolescentes y aquellos con TDC, y es importante que los proveedores comprendan las implicaciones de las redes sociales en la imagen corporal para tratar y aconsejar mejor a los pacientes".

Con información de Infosalus y 90 minutos

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