Los celulares sí enferman, asegura Premio Nobel de Medicina
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Quizá el problema no está en el dispositivo en sí, sino en el uso que las personas le dan, pues puede ocasionar estrés constante.
A medio camino entre la leyenda urbana y la ciencia, mucho se ha hablado sobre los posibles problemas para la salud que los smartphones pueden ocasionar. Habitualmente se refiere a la posible radiación que emiten estos dispositivos, aunque cada vez son más las voces que alertan frente a los problemas psicológicos y de adicción que pueden causar, especialmente entre los más jóvenes.
A este nueva corriente se une el alemán Thomas Südhof, ganador del Premio Nobel de Medicina, quien afirma que los smartphones producen una situación de estrés continuo que puede provocar transformaciones en el cerebro y enfermedades como el síndrome de agotamiento (o burnout, en inglés).
“Siempre estamos localizables y de guardia, conectados minuto a minuto con nuestro trabajo a través del correo electrónico. Eso no puede ser bueno a largo plazo”, explica Südhof en una entrevista en el periódico germano Frankfurter Allgemeine Sonntagzeitung. “Mucha gente enferma de síndrome de agotamiento, lo cual no es extraño si tenemos en cuenta cómo vivimos hoy en día pegados a nuestros celulares”.
El burnout es una situación de estrés insostenible en la que el sujeto puede experimentar numerosos síntomas como taquicardias, sudoración, sequedad de boca, pensamientos negativos, miedos, falta de concentración, evitación, enlentecimiento, consumo de tabaco, absentismo laboral o escolar… El agotamiento emocional también se puede caracterizar por la pérdida de recursos emocionales, que favorecen la disminución de la capacidad de entrega a los demás, tanto personal como psicológicamente.
EL ESTRÉS PUEDE TRANSFORMAR EL CEREBRO
Esta exposición continua al estrés puede producir transformaciones en el cerebro que a la larga provoquen nuevas incidencias de salud. Para evitarlos, Südhof recomienda hacer pausas en el uso del teléfono y distraerse con otros hobbies como la lectura o el cine.
De esta forma, concluye el científico, evitaremos que se debiliten o modifiquen negativamente las comunicaciones entre las neuronas de nuestro cerebro. Este es, de hecho, el campo de investigación en el que Thomas Südhof está especializado y de ahí su preocupación por cómo puedan evolucionar estos problemas.
El neurólogo pone de ejemplo su propia casuística diaria para reflejar la necesidad de desconectar del mundo laboral, las relaciones interpersonales a través de la tecnología y la vida personal de cada uno. “Yo, a las ocho de la noche apago todos los aparatos electrónicos y no los vuelvo a encender hasta la hora del desayuno”.
Por Alberto Iglesias Fraga/ SinEmbargo