¿Por qué los robots no pueden aprender tan bien como los bebés humanos?
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Una lección de humildad se llevaron Deb Roy y Rubal Patel al contrastar el aprendizaje que tenía su bebé durante su crecimiento y la información que recogía un experimento con Inteligencia Artificial
La Inteligencia artificial (IA) es un tema que se adentra a casi todas las facetas de la vida humana. Científicos buscan adaptar la tecnología de la misma manera en la que se desarrolla el aprendizaje humano desde edades tempranas, pero es un tema que aún, en la actualidad parece imposible de abarcar en su totalidad.
Si bien, la tecnología ha avanzado a un punto que llega a ser inimaginable, al ver robots y softwares que comprenden patrones de respuestas o acciones que puede tener una persona ante determinada situación, hay elementos que la robótica no ha podido adoptar.
Científicos se llevan una sorpresa por la creatividad y eficacia de la inteligencia humana, cita un artículo de The Guardian que expone el caso de una familia que intentó experimentar con el aprendizaje de su bebé.
Deb Roy, experto en inteligencia artificial y robótica del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y su esposa Rubal Patel, especialista en habla y lenguaje de la Universidad Northwestern, decidieron instalar cámaras en todo su hogar para capturar cada momento de la vida de su bebé, en el 2005.
En un intento de que un robot capturara la información del método de aprendizaje que tenía el menor se llevaron una gran lección. Descubrieron que la mente humana puede llegar a ser más complicada que un algoritmo, aún si hablamos de niños de menos de un año de edad.
Roy llegó a tener un gran aprecio por la singularidad de la mente humana después de ver los resultados.
En la entrevista de The Guardian, el especialista señala que "se había quedado impresionado por 'la increíble sofisticación de lo que realmente parece ser un aprendiz de lenguaje en la carne'.
'Los humanos recién nacidos no solo regurgitaban, sino que creaban, es decir, sentimientos compartidos ", indicó.
La familia llegó a la conclusión que la adquisición del lenguaje para un producto de la Inteligencia Artificial era abstracta y formulista, para nosotros los humanos, era algo encarnado, emotivo y subjetivo, algo que no podría emular un robot.
Con información de The Guardian y PJ Media