¿Sed? ¿Sed de vida, amor y eternidad y paz? Sin duda, beber del agua ofrecida por el maestro de Cafarnaúm, pero también beber el agua primigenia, del agua hecho milagro vivo cuando el cayado de Moisés hizo brotar agua pura en medio del ardiente desierto al sólo contacto de su bastón de mando con la yerma roca.