¿Acaso el Grinch se robó las fiestas navideñas de las oficinas?
Muchos atribuyen el cambio al trabajo híbrido, que ha hecho que los empleados se resistan cada vez más a la idea de estar fuera de casa por las noches
Por: Emma Goldberg
Como ocurre con los dobladillos de las faldas, que supuestamente son más cortos en épocas de bonanza y más largos cuando la economía se tambalea, las fiestas navideñas en las oficinas nunca han sido inmunes a los vaivenes del mundo corporativo en general. Desde que el trabajo a distancia vació las oficinas, y después de años de planes festivos anulados por el COVID, las empresas han estado replanteando sus celebraciones. Para algunas compañías, las fiestas nocturnas con alcohol han quedado descartadas; en su lugar, hay almuerzos en la sala de conferencias y reuniones con cócteles sin alcohol.
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En GrowthForce, una empresa de contabilidad con sede en las afueras de Houston, el equipo de recursos humanos decidió acabar con la tradición navideña anterior a la pandemia que consistía en una velada en un club de campo, con aperitivos, cena, baile y todo el alcohol que los invitados quisieran. Este año, en su lugar, la empresa organizó un almuerzo en la oficina para sus 50 empleados, con juegos de temática navideña, intercambio de regalos y oportunidades de servicio a la comunidad. La celebración empezó a las 11:00 a. m. y terminó a las 3:00 p. m., lo que también ayudó a que la empresa no excediera el presupuesto para fiestas, ligeramente más reducido que antes.
El equipo de recursos humanos, por su parte, estaba encantado. “Empiezan a reunirse equipos que antes no veíamos”, comentó Gabriela Sánchez, responsable de recursos humanos de la empresa. “Antes era gente con sus parejas, gente que decía: ‘Vamos a comer, beber y bailar’”.
Los empleados aceptaron el cambio, al menos la mayoría; Jamie Dailey, contador sénior que lleva nueve años en la empresa, dijo: “No tengo que dedicar tiempo de mi día, ya de por sí ajetreado, para acudir a ese tipo de fiesta; mucha gente diría: ‘Uf, tengo que ir a un brindis de la oficina esta noche después de haber trabajado todo el día’”. Pero añadió: “Echo de menos, quizá, que nuestros cónyuges participen”.
Desde la pandemia, los organizadores de fiestas para empresas han observado un cambio en lo que sus clientes quieren para las celebraciones de la oficina. Cada vez hay más clientes que prefieren celebraciones diurnas y festejos con menos alcohol.
“Las fiestas por la tarde han prosperado un 100 por ciento desde la pandemia”, afirmó Min Brown, directora de ventas del grupo de organización de eventos corporativos Yaymaker, que atiende sobre todo a medianas empresas tecnológicas y financieras.
Muchos atribuyen el cambio al trabajo híbrido, que ha hecho que los empleados se resistan cada vez más a la idea de estar fuera de casa por las noches. También hay un mayor interés general en la sobriedad: menos del 40 por ciento de los jóvenes estadounidenses se declaran bebedores habituales, aunque esa proporción es inferior a la de los estadounidenses de mediana edad. En décadas anteriores, los adultos jóvenes eran más propensos que los mayores a beber con regularidad, según las encuestas de Gallup. Además, las olas de despidos en el sector tecnológico (más de 250.000 trabajadores de este sector han perdido su empleo este año, según el sitio web layoffs.fyi) probablemente han hecho que las empresas duden de celebrar con fiestas llamativas y estén dispuestas a recortar los presupuestos para los festejos.
Las conversaciones sobre el comportamiento en el lugar de trabajo que comenzaron con el movimiento #MeToo en 2017 también han reforzado el compromiso de los ejecutivos de realizar celebraciones laborales saludables en los últimos años, según algunos de los ejecutivos que organizan las fiestas.
Hootsuite, una empresa de redes sociales, celebró las festividades de este año con convites en las oficinas de sus ciudades centrales que comenzaron a las 4:00 p. m., en un intento por complacer a los empleados con responsabilidades familiares. Se sirvieron tanto bebidas alcohólicas como no alcohólicas: en Vancouver, Columbia Británica, su oficina más grande, se sirvió prosecco además de nosecco (un vino blanco espumoso que no contiene alcohol).
Carol Waldmann, quien dirige el equipo de instalaciones e inmobiliario, dice que la empresa solía hacer fiestas nocturnas con barriles de cerveza y música en directo. Los ejecutivos dicen ahora que eso no es lo que quieren muchos empleados. Añadió que la nueva propuesta quizá les haya ahorrado algo de dinero, aunque ese no era el motivo principal.
“Muchos de nuestros empleados tienen niños pequeños en casa y responsabilidades familiares, por lo que pasar toda la noche fuera no es una opción para ellos”, explicó Waldmann, quien añadió que las celebraciones diurnas han permitido organizar eventos más maduros. “Simplemente no hay tanto énfasis en la bebida como antes, lo cual es bueno desde el punto de vista del bienestar y de no tener que bailar en la pista de baile con la corbata en la cabeza”.
Desde 2020, Hootsuite también ha organizado fiestas virtuales para empleados remotos por medio de la plataforma Teambuilding.com, con actividades como preguntas y respuestas de temática navideña. (Se pidió a los altos ejecutivos de la empresa que asistieran a estas reuniones en línea).
Google, que era conocida por sus juergas prepandémicas, este año está celebrando fiestas principalmente por equipos, aunque algunas oficinas regionales más pequeñas también organizan sus propias reuniones. Según Ryan Lamont, portavoz de la empresa, esta intenta evitar las celebraciones extravagantes. La empresa compartió unas directrices para ayudar a los equipos a organizar “eventos inclusivos”, por ejemplo, sugirió considerar empezar la fiesta más temprano. Alphabet, la empresa matriz de Google, recortó unos 12.000 puestos de trabajo a principios de este año.
DoorDash, que despidió a unos 1250 empleados a finales del año pasado, está organizando horas felices en algunas oficinas regionales, muchas de las cuales empezarán temprano, como a las 4:30 p. m. en San Francisco, así como reuniones “WeDash” en las que los empleados pueden competir por premios como una motocicleta ligera Vespa. La CNBC organizó una celebración matinal discreta en Nueva Jersey, con mimosas, así como una fiesta por la tarde, para dar cabida a los empleados que trabajan en turnos diferentes. La empresa de inversiones TIAA organizó celebraciones de 4 a 7 de la tarde llamadas “Reuniones de gratitud”.
Por supuesto, algunas compañías, incluso antes de la pandemia, intentaban evitar celebraciones descontroladas o con alcohol. Roy Bahat, inversor de capital riesgo de Bloomberg Beta, celebra desde 2014 una fiesta navideña para empresas emergentes, llamada Startup Festivus, el primer viernes de diciembre de 3 a 6 de la tarde, para que la gente pueda volver a casa con sus familias.
“Queremos organizar fiestas navideñas en las que el lunes siguiente todo el mundo llegue orgulloso de cómo se comportó”, dijo Bahat. “Todos conocemos esa historia en la que alguien va al brindis de fin de año y acaba haciendo algo que causa una gran desavenencia”.
Por supuesto, no todos los empleados están dispuestos a olvidar los viejos tiempos. Kerrie Shakespeare, jefa de propósitos de O2E Brands, que ofrece servicios de cuidado del hogar, como trabajos de pintura y recogida de chatarra, dijo que este año su empresa hacía su brindis por la tarde, aunque el pasado fue en la noche.
El consenso del personal fue claro. “La respuesta fue que a la gente le gustaba más la fiesta de noche”.