Así seremos en 2050
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Habrá más de 9 mil 800 millones de personas en el planeta, India será el país más poblado y la gran amenaza para la salud serán las superbacterias
Los seres humanos tenemos una capacidad prodigiosa para reproducirnos. De hecho, la población humana nunca ha dejado de crecer, aunque recientemente ese crecimiento haya sido relativamente modesto.
Antes las familias eran muy prolíficas pero morían muchos niños. No obstante, a raíz de la Revolución Industrial las cifras poblacionales comenzaron a dispararse, y en el año 1800 ya éramos más de mil millones de personas; en 1950 rebasamos los 2,500 millones; y en este 2017 llegaremos a 7,600 millones.
Durante la última década del siglo pasado, cada mujer tenía un promedio de tres hijos, uno más de los necesarios para sustituir a la siguiente generación.
Pero ahora las familias son cada vez más pequeñas. Es así como Europa y Norteamérica se han convertido en las dos únicas regiones donde las mujeres tienen un promedio de menos de dos bebés a lo largo de su vida. Pero en el resto del mundo la población sigue en aumento.
Los indios superarán a los chinos
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que la velocidad de crecimiento de la población ya no está sujeta a la aceleración insostenible y sin precedentes del siglo pasado; no obstante, la humanidad seguirá creciendo en 83 millones de personas cada año. De manera que para 2050, la Tierra alojará un total de 9 mil 800 millones de habitantes.
Tal y como sucede ahora, casi un quinto de la población futura se concentrará en un solo país, pero esta vez no será China, sino India, la nación más poblada, al conjuntar el 17% de todas las personas del planeta para 2050. Durante cientos de años China se mantuvo a la cabeza como el país más poblado del planeta, pero eso cambiará para mediados del siglo.
Y esa realidad estará ligada a la brusca reducción de la mortalidad que se observará en los países menos desarrollados. Y son precisamente esos países —entre ellos India, Nigeria y Pakistán— los que liderarán las tasas de crecimiento de la población a nivel mundial. Y el resultado será no solo familias numerosas, sino familias que cada vez gozarán de una mayor esperanza de vida.
La brecha que se cierra
Los datos de la ONU indican que la brecha entre la ‘esperanza de vida’ de los países más ricos y los más pobres, se estrechará cada vez más. El cerramiento de esa brecha se debe a la caída dramática de la mortalidad infantil, a cifras más bajas de muerte por VIH, y a mejoras en el tratamiento y prevención de las enfermedades infecciosas.
Aún así, la brecha entre los que viven más y los que viven menos, no desaparecerá en 2050. La ‘esperanza de vida’ al nacer es actualmente de 72 años, pero la media mundial llegará a los 77 años para 2050 (en los países más desarrollados, la esperanza de vida estará cerca de los 85 años).
Esas tendencias, junto con la disminución global de los nacimientos, apuntan a un futuro predecible: la humanidad será cada vez más longeva.
El problema es que el envejecimiento de la población supone un reto tremendo para la sociedad, ya que al duplicarse el número de personas jubiladas, aumentará la presión sobre los programas de pensiones y de ayuda a las personas dependientes.
Viaje sin retorno
Los expertos creen que la migración internacional podría mitigar los efectos adversos del envejecimiento de la población, en la medida en que trabajadores jóvenes de los países pobres comiencen a emigrar a los países desarrollados, donde se concentrará la mayor cantidad de personas de edad avanzada.
Sin embargo, no se prevé que eso vaya a solucionar el problema, dadas las tensiones internacionales que la migración hacia los países ricos ya están provocando.
Además, los expertos advierten sobre un tipo de migración forzosa que podría agravar los problemas de convivencia: es el caso de los llamados ‘refugiados ambientales’, víctimas de fenómenos climáticos repentinos —como sequías y elevaciones del nivel del mar— que de un día para otro dejan a miles de personas sin hogar.
Resulta difícil predecir los efectos del cambio climático sobre las poblaciones humanas. Lo que sí está claro es que la salida de esos migrantes de sus hogares no incluye un viaje de regreso.
Sobre la salud
En el terreno de la Salud Pública hay buenas y malas noticias. Por una parte, algunas enfermedades devastadoras, como el sida, son cada día menos amenazantes, gracias a los avances en el tratamiento y la prevención.
Sin embargo, algunas enfermedades infecciosas que ahora están bajo control podrían volverse peligrosas, debido a la resistencia de los agentes causales a los antibióticos de última generación.
Además, conforme crece la esperanza de vida y la población envejece, aumentará la incidencia de enfermedades ligadas a la edad, como el alzhéimer (demencia senil) y la enfermedad cardiovascular (la principal causa de muerte en la actualidad).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que se triplicarán los casos de demencia senil para 2050, y pide con urgencia un mayor esfuerzo de investigación y de apoyo para los pacientes y sus cuidadores.
Finalmente
No cabe duda de que la humanidad enfrentará nuevos retos en los próximos años, pero también es cierto que vivimos una época emocionante para la ciencia.
Por ejemplo, la edición genética ayudará a curar muchas enfermedades y la ingeniería de genes contribuirá a incrementar la producción de alimentos necesarios para dar de comer a una población todavía creciente.
Más aún, los avances en robótica e inteligencia artificial prometen mejorar la calidad de vida en casi todos los ámbitos del devenir humano. Pero eso no significa que haya motivos para el optimismo.
SABÍAS QUE...
El crecimiento poblacional en los países más necesitados hará más difícil la erradicación de la pobreza, y la atención médica y educativa
(© Ediciones El País, SL.Todos los derechos reservados)