¿Baterías en el año 250 A.C.?... Sorprendentes objetos en la Tierra fuera de su tiempo
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Existen decenas de objetos antiguos que parecen estar fuera de tiempo por su complejidad y uso... te sorprenderán
La tecnología moderna en la antigüedad es algo que inquieta a historiadores y arqueólogos pero, ¿es posible que esto sea una evidencia de la existencia de los viajes en el tiempo?
Conocidos como “Oopart” estos objetos han aparecido por todas partes del planeta desafiando la historia tal y como la conocemos hoy en día.
Muchos de estos objetos pueden ser explicados, pero otros se mantienen aun entre la duda y el desconcierto para los científicos.
Aquí te mostramos los objetos más extraños y que no tienen explicación lógica:
Eiserner Mann
El pilar es una rareza única en Europa Central , y se alega que es un artefacto fuera de lugar . Se mencionó por primera vez en un documento del siglo XVII, donde se usó como marcador de límite de aldea . Hay algunos acueductos antiguos en los alrededores junto con una antigua pasarela de piedra.
Una investigación metalúrgica en la década de 1970 mostró que el pilar está hecho de arrabio (Producto obtenido de la primera fusión del hierro en los altos hornos) . Fue vertido en una zanja de tierra, consistente con los métodos medievales de herrería.
Después de una larga exposición al clima, el hombre de hierro muestra signos de desgaste pero hay muy poco rastro de óxido. Se encuentra a 50.70757 ° N por 6.96105 ° E a una altura de aproximadamente 159 m.
Mecanismo de Anticitera
Aunque generalmente es referido como la primera computadora analógica, la calidad y complejidad de la manufactura del mecanismo sugieren que este tiene predecesores aún no descubiertos hechos en el periodo helenístico.
El mecanismo de Anticitera es una computadora analógica (o mecánica) de la antigüedad diseñada para predecir posiciones astronómicas y los eclipses de hasta diecinueve años con propósitos astrológicos y calendáricos, y predecir también la fecha exacta de seis certámenes griegos antiguos: los Juegos de Olimpia, los Juegos Píticos, los Juegos Ístmicos, los Juegos Nemeos, los Juegos de Dodona y los de la isla de Rodas.
El dispositivo es un complejo mecanismo de relojería compuesto de al menos 30 engranajes de bronce. Los restos fueron encontrados como 82 fragmentos separados de los cuales solo siete contenían inscripciones importantes o engranajes.
Las baterías de Bagdad
En 1936, durante unas excavaciones en una colina de Kujut Rabua, una aldea al sureste de Bagdad (Iraq), los trabajadores del Departamento Estatal Iraquí del Ferrocarril descubrieron una vieja tumba cubierta con una losa de piedra. Durante dos meses, el Departamento Iraquí de Antigüedades extrajo de allí un total de 613 abalorios, figurillas de arcilla, ladrillos cincelados y otras piezas. Fueron fechados en el período de los partos (casi quinientos años entre 248 a. C. y 226 d. C.). También hallaron unos recipientes muy singulares de arcilla, con forma de jarrón y de color amarillo claro. En su interior había un cilindro de cobre, fijado con asfalto a la embocadura del cuello. Dentro del cilindro había una vara de hierro.
El recipiente medía 13 cm de alto por 4 cm de diámetro, mientras que el cilindro de cobre medía 9 cm de alto por 2,6 cm de diámetro. La vara de hierro sobresalía 1 centímetro y daba la impresión de haber estado revestida de una fina capa de plomo.
En ese año (1939), el arqueólogo alemán Wilhelm König, entonces a cargo del Laboratorio del Museo Estatal de Bagdad, lo identificó como una probable pila eléctrica. Describió su hallazgo en el 9 Jahre Irak, publicado en Austria en 1940. El primer análisis de este objeto consistió en introducir en su interior un electrolito, y conectarle una lámpara, que se encendió muy débilmente. El informe oficial que se redactó después decía que este objeto se comportaba exactamente igual que una pila eléctrica moderna.
El martillo de Kingoodie en Escocia
El martillo de Kingoodie, Escocia, datada de hace 460 a 360 millones de años. Sir David Brewster encontró el martillo incrustado en un bloque de piedra del Cretáceo, en la era Mesozoica.Si esta datación fuese correcta, la situaría cientos de millones de años antes de la aparición del Hombre en la Tierra.
Helicóptero jeroglífico del templo de Abidos
El helicóptero de Abidos es un presunto jeroglífico encontrado en el templo funerario de Seti I, en Egipto, que supuestamente representaría un helicóptero moderno, junto a otras imágenes que recordarían la forma de un submarino, un avión, un zepelín o un platillo volador, según distintas interpretaciones.
Dicho hallazgo ha despertado la curiosidad de los ufólogos, los esoteristas y los creyentes en la teoría de los antiguos astronautas, quienes piensan haber encontrado en Abidos una prueba más de la existencia de alta tecnología en las civilizaciones antiguas, posiblemente facilitada por seres extraterrestres.
No obstante, científicos y egiptólogos coinciden en que se trata de un efecto pareidólico debido, en primera instancia, al deliberado retoque de las imágenes que se muestran en los medios y, en segunda, a que las caprichosas formas de los jeroglíficos son producto de un palimpsesto, es decir, de un re-grabado que, con el paso de los siglos, se hizo evidente gracias a la erosión, uniendo dos escritos diferentes en una sola imagen. No era raro en el Antiguo Egipto que los faraones usurparan edificaciones y cubrieran los muros originales con sus propias inscripciones.
La Huella de Meister
El descubrimiento se hizo en Utah, EU, por el coleccionista de fósiles Willian Meister. En 1968, Meister salió con su familia en busca de trilobites para su colección cuando una de sus hijas le enseñó una roca en la que se encontraba un triobite. Cuando se fijó más atentamente pudo ver que el trilobite estaba como si lo hubieran pisado, lo que le llevó a fijarse más atentamente.
Entorno al trilobite aparecía una huella con forma de calzado con una puntera, y no solo había una huella sino que eran dos la del píe derecho y el izquierdo donde estaba el trilobite pisado en donde se supone estaba el tacón de aquella huella que además según las medidas era la parte más profunda.
Para que esta huella se produjera, su autor tuvo que pisar un terreno blando cubierto de agua que con el tiempo se fue petrificando dando lugar al fósil.