Cerditos miniatura, un nuevo amigo para el hogar
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Olvida a los perros y a los gatos... lo de hoy es tener un cerdito de mascota
Son inteligentes y tiernos y a menudo dan ganas de tenerlos cerca. Los cerditos miniatura ya se han abierto paso en muchos hogares, pero ¿son realmente mascotas? ¿Se los puede tener en casa?
Los veterinarios consultados dicen que no está mal que entren de vez en cuando, pero en realidad los "minipigs" necesitan su espacio. Dependiendo de la variedad, pesan entre 10 y 60 kilos y miden hasta 60 centímetros, pero no hay que confiarse. Puede que los genes de los antepasados se impongan y el cerdito de pronto crezca hasta pesar unos 100 kilos.
¿Son iguales a los cerdos grandes? No. Las miniaturas tienen orejitas puntiagudas y un pelaje tupido. Además, no tienen la cola ensortijada típica de sus parientes más voluminosos. Y lo que más se destaca es el hocico, que es una maravilla. ¡Hasta supera las capacidades olfativas caninas! Los cerditos pueden llegar a oler a una persona hasta a 300 metros de distancia y hallar comida en la tierra aunque esté a 60 centímetros de donde se encuentran.
En verano estos pequeños compañeros disfrutan mucho estando en la paja, y en invierno sienten un gran placer en la alfombra de la sala de estar. Algunos caminan detrás de sus amos como si fueran un perro y, por lo general, suelen ser muy sociables.
¡Pero atención! Si bien les gusta estar en compañía de seres humanos, las personas no son un sustituto de animales de su misma especie. Los cerditos miniatura deberían estar por lo menos de a dos.
A la hora de elegir una mascota, es importante no ceder sin más a la insistencia de un niño que desea un cerdito. Estos simpáticos animales necesitan hurgar y revolcarse, se sienten a gusto a unos 15 grados y precisan al menos seis metros cuadrados. Es decir, pueden entrar en la casa, pero no deberían vivir allí dentro.
Si están un rato en el interior de la vivienda, no hay inconveniente. En contra de todo prejuicio, los cerdos no apestan ni hacen grandes desmanes. Además, estando dentro se construyen hermosos lazos con la familia.
Pero, por supuesto, cuando son pequeños se comportan como cualquier cachorro. Les gusta dejar las cosas patas para arriba, revolver el césped y cambiar todo de lugar o inspeccionar lo que encuentren en el camino. Igualmente, todo es cuestión de educación. Sólo requieren cariño y paciencia.
Los cerditos miniatura son muy inteligentes y necesitan estructuras sociales claras, por eso es importante que las personas que lo rodean le dejen muy en claro quién manda, y que lo hagan a una edad temprana. En caso contrario, el cerdito al poco tiempo estará haciendo lo que le venga en gana.
Si bien comen de todo, no deberían ser alimentados permanentemente con restos. Lo ideal es darles frutas, verduras, heno y algunos tipos de cereales. También necesitan tener siempre agua fresca.
Como toda mascota, la etapa inicial es fundamental. Hay quienes van educando a los cerditos con un sistema de recompensas y los entrenan para que no muerdan o para que respondan cuando se les ordena que se sienten.
Si tiene espacio, ¡anímese! Será una experiencia inolvidable.