¿Deberían los niños recibir tareas para la casa?

Vida
/ 31 agosto 2016

Pero también sé que los niños necesitan tener vidas fuera de la escuela una vez que suena la campana. Sus cuerpos necesitan jugar. Sus cerebros necesitan relajarse. Sus familias tienen que pasar una noche juntos

Cuando los niños vuelvan a la escuela, significará que los deberes o tareas para la casa estarán también de vuelta, en todo su apogeo, con los temores en los corazones de los padres rondando por todos los lados.

Yo, personalmente, he estado puliendo algunas de mis frases preferidas para el tiempo de hacer los deberes. Por ejemplo, mi ayuda con los deberes siempre empieza con mi parrafada de 'madre del año', mientras mi hija con los ojos brillantes agarra un lápiz recién afilado del nº 2. Digo cosas de padres ejemplares como:

"Ok, vamos a verlos juntos. ¡Podemos hacerlo!"

Entonces, las cosas se ponen un poco más frustrantes. Mi hija carcome ese lápiz número 2 cuando le pregunto:

"¿Cómo puedes estar leyendo las instrucciones si tus ojos no están en el papel?"

Y entonces nos encontramos con que todo se acaba porque los músculos de mi hija inexplicablemente no se mueven, y al tiempo que ella se columpia con la silla y mordisquea su lápiz número 2 por la mitad, lo comento:

"¿Cómo que tu maestro no enseñó esto todavía? Eso no tiene ningún sentido! ¡Nada de esto tiene sentido!"

Lo intento. De verdad que lo hago. Pero no me gustan los deberes o tareas de casa.

Son frustrantes para mis hijos, perturba nuestra relación, y los mantiene dentro de la casa, cuando lo que realmente necesitan es que salgan a corretear por ahí fuera, después de un día en la escuela. También me hace a mí hacer el papel de guardiana de los deberes, que es uno de los roles de madre que más me cuestan asumir.

Ahora, no me malinterpreten. No estoy abogando por prohibir todas las tareas o deberes en casa. Creo que algunas tareas nocturnas son una gran manera de enseñar a los niños la responsabilidad y la gestión del tiempo. También me gusta ser capaz de medir la comprensión y el aprendizaje de mis hijos a través de como se manejan con sus tareas.

Acepto que los deberes en casa son una parte necesaria de la vida escolar de mis hijos. Es sólo que no quiero que se conviertan en su única vida.

Cualquier de los trabajos realizado en casa no deben ser sólo los más pesados, o basados en la idea errónea de que más tareas hechas en el hogar significa más éxito. No lo son, y un reciente estudio lo demuestra.

Un profesor de la Universidad de Duke llevó a cabo dos de los estudios más definitivos sobre el impacto de los deberes en casa. En ellos se demuestra que una cantidad moderada de trabajo para hacer en casa está vinculado a mejores resultados en los exámenes de los estudiantes de secundaria. Sin embargo, en los estudiantes de primaria, las tareas de casa no se correlacionan con el rendimiento más alto; y, de hecho, puede tener incluso un efecto negativo cuando están recargadas.

Sobre la base de la investigación, la 'National PTA' (Asociación Nacional de Educación) recomienda no más de 10 minutos de tareas por noche, y por nivel de grado.

Esa es una gran diferencia de cuando mi hija mayor estaba en primer grado en la costa Este, en el que pasaba una hora cada noche, con un paquete de deberes, y que eran una hora de lágrimas, frustración, y resentimiento hacia la escuela.

Para empeorar las cosas, su maestra mantuvo durante el recreo a los niños que no terminaron su tarea para completarlas. Así que cuando le decía a mi hija que no siguiéramos haciendo los deberes por la noche, porque ninguna de las dos podía seguir un segundo más con eso, ella se echaba a llorar porque no quería perder su tiempo de juegos con los amiguitos.

Estábamos atrapadas, aturdidas por la idea de su maestra de que los deberes en casa ayudaban a sus alumnos. Oh, cómo me gustaría haber seguido el ejemplo de otro padre que estableció un límite de tiempo para la tarea en casa, e informó a la maestra de que su hijo no pasaría tanto tiempo con ellos, y no se perdería el recreo porque no hubiera terminado o se quedaran incompletos. Me limité a seguir al grupo, asegurándome de que mi hija hiciera lo que tenía que hacer. ¿El resultado? Ese año de deberes saturó por completo la pasión de mi hija por la escuela y el aprendizaje; y la hemos estado recuperando desde entonces.

Afortunadamente, la filosofía de apilar o concentrar ("pile-it-on") deberes o tareas para la casa, de los niños de primaria, parece ser una tendencia en clara decadencia, y algo más que un fenómeno pasajero en nuestro nuevos hogares en occidente. Los sistemas escolares están tomando nota de la investigación sobre los deberes en casa, como una escuela en Massachusetts que incluso está aplicando una estricta política de 'no-tareas' este año, de acuerdo con 'Wreg.com'. Por supuesto, la escuela también extendió por dos horas el horario escolar, para compensar la hora de los deberes.

No sé cuál es la respuesta, aunque no creo que vaya a encontrarse en ninguno de los extremos, ni de la prohibición completa de las tareas en casa, ni la de apilar deberes en los que nuestros hijos sean máquinas de hojas de cálculos.

Pero también sé que los niños necesitan tener vidas fuera de la escuela una vez que suena la campana. Sus cuerpos necesitan jugar. Sus cerebros necesitan relajarse. Sus familias tienen que pasar una noche juntos, sin luchar sobre los 'denominadores comunes'.

Y, lo más importante, necesitan incrementar su pasión por aprender, que desde luego no se encuentra en las hojas de deberes para llevarse a casa.

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