Despacito empezaron y con 'Despacito' terminaron

Sin duda alguna, pasados los quince primeros minutos de espera, el público comenzó a impacientarse. Y aunque los espectadores continuaron llegando y llenaron la Plaza de Armas, no fue sino hasta cerca de las 8:30 de la noche que la Gala Operística de Artescénica por fin dio comienzo. 

Los aplausos de alivio de la gente fueron acallados por la primera pieza de la noche, la Obertura de la ópera Guillermo Tell, del compositor italiano Gioachino Rossini. La pieza instrumental sirvió como una adecuada introducción al concierto, pues su popular final “La marcha de los soldados suizos” es al instante reconocida por cualquiera. 

Subieron entonces al escenario los primeros solistas de la velada que interpretaron “Seule au milieu” de la ópera Pescadores de Perlas de Georges Bizet. Seguido, se interpretó “Voglio dire” del Elixir de amor de Donizetti. Este dueto presentó una amena escena donde el doctor charlatán Dulcamara le vende una poción cura-todo (simple vino en realidad) a un desesperado Nemorino. 

Continuó el concierto con otra obra de Donizetti, en esta ocasión se trató del Sextetto de la ópera Lucia di Lamermoor para después dar paso a las piezas de Giuseppe Verdi, el “coro de Zingari y aria” de Trovador; “Duo Dio che nell” de Don Carlo y “Duo T’amo” de Rigoletto”. 
Del “Intermezzo” de Las bodas de Luis Alonso, zarzuela de Gerónimo Giménez la siguiente pieza fue “Glitter and be gay”, cuya intérprete logró capturar la atención del público (y sus posteriores, entusiastas, aplausos) con su picardía y emoción al darle vida a Cándida. 

Las siguientes tres piezas fueron el septetto “Helas mon coeur” de Hoffman de Offenbach, “No puede ser” de La tabernera del puerto de Serrano y “Sur la greve en feu” de Pescadores de Perlas de Bizet. Al finalizar con esta obra, la maestra Teresa Rodríguez, directora de la orquesta y el coro y fundadora de Artescénica tomó el micrófono para, enigmáticamente, presentar la última canción de esta noche. “Y si se la saben, cántenla”, expresó la maestra. 

La orquesta comenzó a tocar una melodía conocida, pero no fue hasta que en pantalla apareció el nombre “Despacito” que la sorpresa y emoción del público se hizo más latente. Movidos por este inusual arreglo instrumental y las cuatro voces que interpretaron el éxito de Luis Fonsi y Daddy Yankee en el escenario de la Plaza de Armas los banderines se alzaron al ritmo de la música. 

Cuando terminaron, el público ya estaba bastante animado, y “La Beba”, como le llaman de cariño a la maestra Teresa, después de agradecer al público y a todos los que siguen haciendo posible cada año que Artescénica vuelva a la ciudad, salió de escena, para regresar momentos después y, ya entrada en el ambiente, repetir la interpretación de “Despacito”, para regocijo de todos los presentes, que llenaron el Centro Histórico de sus cantos.