Educación emocional: Clave en el desarrollo integral

Además de los conocimientos académicos y las actividades artísticas, deportivas y culturales, existe otro aspecto clave en el aprendizaje: la educación emocional, la cual busca promover el desarrollo de habilidades emocionales y sociales en los individuos.

Durante la pandemia de COVID-19, las escuelas no solo tuvieron que prepararse para afrontar las actividades de manera diferente, también debieron considerar que cada estudiante tiene una carga psicológica propia a partir de sus historiales familiares y personales.

El reto permanece aún hoy: no todas las instituciones cuentan con espacios seguros donde los alumnos puedan decir lo que sienten, y hacen falta más docentes comprometidos con el desarrollo integral; pues ayudar a las personas a comprender, expresar y gestionar sus propias emociones de manera saludable y a relacionarse de manera efectiva con los demás contribuye a su bienestar general, reduce el estrés y la ansiedad.

LABOR EN EL AULA Y EN EL HOGAR

En la escuela, el profesor desempeña un papel central al modelar habilidades saludables, enseñar y apoyar el desarrollo emocional y social de los estudiantes.

“Por ejemplo, puede haber veces en que la emoción que tengo presente como docente es la del enojo, lo importante es saber qué hacer y gestionarla de manera positiva”, explicó la maestra Estela Cortés.

Esto se logra dedicando un tiempo específico de la jornada a ejercicios diseñados para explorarlas y comprenderlas, fomentando un ambiente de trabajo positivo, con respeto mutuo, donde se den las ‘gracias’ y se pidan las cosas ‘por favor’.

Los papás podrán reforzar estos aprendizajes en casa al promover una comunicación abierta con los niños y jóvenes, donde se sientan cómodos y puedan expresarse. También es necesario dedicar tiempo de calidad a la familia para fortalecer los lazos: a mayor interés de los adultos, habrá mejores hábitos emocionales positivos.

Sin embargo, no es una tarea exclusiva de los estudiantes, sino un proceso continuo y permanente. “Hay una frase: ‘no das lo que no tienes’. Si queremos niños seguros y empáticos, los padres tienen que seguir trabajando en sus emociones”, expresó la experta.

Se debe tener paciencia y nunca dejar de trabajar y dar apoyo. Si se detecta un problema mayor, es indispensable acudir con profesionales especializados (como los psicólogos infantiles o los consejeros escolares) para atenderlo de manera oportuna y así lograr que el niño se sienta integrado.

Ante una situación de desborde, ¿qué NO se debe hacer?

Lo que no debe hacerse es “perder la paciencia”. En su lugar, si el desborde emocional te está generando conflicto, lo primero es respirar, hablar con voz calmada, darle nombre al comportamiento y a la emoción. Si lo anterior no funciona, se tiene que tomar distancia y dejar la conversación para más tarde.

¿Qué consejo le darías a los papás que están buscando un colegio para sus hijos?

Lo primero es que los padres prioricen qué es lo que buscan de una escuela y consideren si quieren un alto nivel académico o la salud y felicidad del niño. Aunque ya hay escuelas que se preocupan por cubrir de manera excelente las dos cosas.

CONÓCELA

Estela Bernardette Cortés de Hoyos

QFB egresada de la Universidad Autónoma de Coahuila y Licenciada en Biología de la Escuela Normal Superior del Estado. Le encanta enseñar y aprender de sus alumnos. Tiene 23 años de experiencia y sigue actualizándose constantemente.