El arte duranguense presente en el Museo del Desierto

Vida
/ 5 febrero 2018

El Colectivo Durango llega al Museo del Desierto con la exposición ‘Predicando en el Desierto’, en la que exponen un poco de lo que los artistas de ese estado están realizando actualmente

La galería de exposiciones temporales del Museo del Desierto (MUDE), inmersa entre los pabellones dos y tres, inauguró el pasado viernes la muestra “Predicando en el Desierto” en la cual, artistas de la plástica duranguense, integrantes del Colectivo Durango, presentan una muestra del trabajo que se está haciendo en esa entidad.

Como extracto de lo que el colectivo, a través de la Galería 618, ofrece en el mercado del arte de nuestro vecino del sur, la exhibición se presenta con ejemplos representativos del trabajo de sus miembros, con técnicas como óleo, lápiz, grabado y fotografía, y temas en donde principalmente se pueden observar la figura humana y el paisaje como protagonistas.

Con cerca de ocho años de presencia en el ámbito artístico de Durango, el colectivo es un esfuerzo para apoyar y difundir la obra de artistas independientes y emergentes, y aunque muchos de ellos tienen presencia nacional e internacional en exhibiciones y bienales, a través de “Predicando en el desierto” darán a conocer estos trabajos de manera conjunta fuera de su estado.

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La muestra llega a Saltillo amadrinada por la crítica de arte Avelina Lesper, quien con el texto de sala recalca su misión —y por consiguiente la del colectivo— de detener el “aniquilamiento de la inteligencia y de la belleza”, como así lo expresa en dicho texto, acción que sólo puede ser realizada por “los verdaderos creadores del arte”.

Después del corte del listón, el grabador Antonio Ruiz guió a los asistentes a la inauguración por un recorrido por la obra, y habló sobre ella y sus autores.

Carlos Cárdenas trabaja una técnica cercana al hiperrealismo, pues posee características de calidad fotográfica pero con una pincelada que aún es visible. En los cuadros propone imágenes de mujeres en situaciones íntimas. Uno de ellos fue parte de la Semana de la Diversidad en El Chopo.

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Por su parte, Laura Bailón, paisajista de las regiones naturales de su estado de nacimiento, se mantiene cercana a las prácticas impresionistas del siglo XIX, pero dándole un particular espacio a la textura de la pintura, la cual se realza sobre el lienzo y sólo puede ser debidamente apreciada en persona.

Diametralmente opuesto se encuentra la obra de Ricardo Milla, quien desde la abstracción —patrones de formas y colores organizados en retículas, similares al trabajo de Mondrian y Agnes Martin— trabaja la repetición de elementos como una crítica a las formas en que las sociedades y las personas tienden a repetir las mismas acciones, aciertos y errores.

La rumana Cristina Sandor llegó a México luego de contraer nupcias con Cárdenas y ya aquí influenció mucho a los grabadores de Durango, además de que continuó sus estudios en universidades locales. En su obra demuestra la maestría que tiene de la gubia sobre el linóleo.

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Las hermanas Ortega, Paulina y Daniela, son de los miembros más jóvenes del colectivo, ambas trabajan el óleo y en sus obras se puede ver el optimismo propio de su edad, mientras que el fotógrafo Gualberto Ledezma, uno de los cuatro representantes del colectivo en el MUDE, explicó que él siempre está acompañado de su cámara y en busca de nuevas escenas para capturar.

A continuación presentó la obra de Ricardo Fernández Ortega en cuyas pinturas al óleo captura el cuerpo humano de manera hiperrealista, dotando las escenas con elementos provenientes de la cultura e historia mexicana de manera similar al surrealismo.

Fernández es también el encargado de hacer el retrato de los jueces de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, lo que lo posiciona como uno de los artistas de más alto perfil del colectivo.

El mismo Ruiz utiliza símbolos de las religiones y culturas aborígenes mexicanas en diseños complejos, monocromáticos, y cargados de elementos, impresos sobre hojas de papel amate, el sagrado —y actualmente altamente comercializado— producto de los otomíes.

En la muestra también se puede observar el trabajo pictórico de César Muñoz, Raymundo Cervantes, Adriana Torres y Yanira Bustamante, artista también cercana a la práctica surrealista y cuya obra “El Chamán” fue la portada de la exposición.

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