El futuro tiene los ojos abiertos: Rigoberta Menchú
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La líder indígena arribó ayer al estado de Coahuila para formar parte de la cartelera de la Feria Internacional del Libro, donde compartirá su visión sobre la infancia mundial
Conferencia: Derecho a la educación de los niños
> Cuándo: hoy
> Lugar: Foro Artístico de la Feria del Libro en Ciudad Universitaria de la UAdeC en Arteaga
> Hora: 17:30
Cuando Rigoberta Menchú pisó suelo saltillense, compartió la creencia de los mayas, aquella en la que todos vivimos 250 días en el vientre de nuestra madre, cada uno de ellos con una personalidad diferente regida por la luna, lo que nos otorga un abanico de visiones como herramienta para enfrentar la vida al nacer.
Esto durante la rueda de prensa que ofreció ayer, antes de la conferencia que ofrecerá hoy en la Feria Internacional del Libro en Arteaga 2017, donde abordará temas de infancia y educación.
Durante sus primeras horas en Coahuila, la Premio Nobel de la Paz 1992 visitó el Centro de Empoderamiento y Justicia para la Mujer, así como la Procuraduría para Niños, Niñas y Familia de Coahuila, lugares donde asegura que las víctimas obtienen las herramientas para poder comenzar de nuevo.
“En todas partes hay una necesidad de que los estados y los gobiernos inviertan en una visión integral de la violencia intrafamiliar, la violencia general y que las víctimas no solo sean eso, sino protagonistas de un cambio capacitadas para construir su vida”, señaló Menchú para los medios.
Añadió además que una pieza clave en el crecimiento de la sociedad es el desarrollo de los niños, quienes aprenden a interpretar el mundo a través de su núcleo más cercano y es precisamente ahí donde pueden aprender cosas con gran repercusión en el futuro.
“Veo la diferencia entre un niño que nació junto a sus abuelas, abuelos, madre y padre con una visión mucho más integral de la familia que la de un niños con padres separados o en un ambiente de violencia intrafamiliar, es una afección a generaciones enteras” aseguró.
Dijo también que a nivel mundial, una de las problemáticas más grandes es el uso de energía nuclear y la inversión armamentista, por lo que consideró necesaria una profunda sensibilización por parte de los gobernantes.
“Eso del sur y el norte, del mundo rico y el mundo pobre yo ya no lo veo, hoy tenemos un lenguaje común, así que hay que trabajar para reconocer a los defensores de los derechos humanos, estimular los programas benéficos exitosos e invertir no en ocultar la realidad sino en investigarla”, añadió.
Parte importante que tiene la sociedad, desde su punto de vista, es convertir las buenas voluntades en políticas públicas, pues esta es la única manera de que estas puedan tener verdadera perdurabilidad, hecho que asegura le ha otorgado una mejora al indigenismo a nivel mundial como la Declaración Internacional de Derechos Indígenas, el Convenio 169 y el cambio de la constitución de Bolivia.
“En verdad veo una realidad diferente porque yo salí de Guatemala hace 37 años y parecía la única sobreviviente indígena, me convertí en una vocero que nadie nombró porque yo sí hablaba de violencia, desapariciones, torturas, genocidios”, dijo la guatemalteca que aún tiene en situación de desaparecida a su madre.
A 25 años de haber recibido el Premio Nobel de la Paz, ella voltea al pasado con nostalgia, cuando su elección fue duramente criticada por ser indígena, mujer y muy joven.
“Tal vez el idealismo que tenía la Rigoberta de hace 25 años el más fantástico de la realidad, sin embargo nada me desata del futuro, por eso pienso que en los próximos años debo estar muy activa y espero que haya una agenda con muchas alianzas”, aseguró.
Añadió además que no cree en la historia de los migrantes, pues el humano nunca ha dejado de serlo y solo se encuentra en la constante exploración del mundo que debería transitar libremente.
“Lo unico es que el migrante es mucho más materialista y lo único que busca un mejor salario, una mejor vida, un nuevo auto, tiene una motivación material y es un materialismo más brutal me refiero a que no puedo aceptar que unos padres de familia manden a sus hijos a atravesar varias fronteras para ser violados, violentados, solo por tener más dinero”, señaló.
Destacó además que México debe ser fuerte frente a los ataques de Estados Unidos, no sólo en cuanto a lo moral sino en lo económico.
“Hay mucho bullying que inculca al odio, al racismo, la discriminación; hay presidentes que han logrado el poder gracias a su campaña de desprecio al otro, cómo no vamos a vivir un mundo de violencia si se oficializa la violencia, seguramente hay más lucha que hacer”.
Aún así asegura que hoy tiene fe en los nuevos humanos, no aquellos de su generación que se encargaron de destruir y autodestruir, sino en la humanidad que va a pasar después.
“Según el calendario maya, los niños que nacieron después del 92, justo hace 25 años, tienen una característica extraordinaria: nacieron con los ojos abiertos, personalidades marcadas y cualidades fuertes. Es cierto, vivimos en tiempos más acelerados pero gracias a la luna, la tierra y el entorno, el ser humano está activo y ha logrado cosas extraordinarias. Y el futuro será extraordinario”, finalizó.
EL DATO
> Rigoberta Menchú recibió el Premio Nobel de la Paz en 1992
> Recientemente se convirtió en catedrática de la UNAM
> Aseguró que la literatura es un viaje al futuro que debe empezar con los niños.