En un mundo de millones de personas ¿Cómo marcar la diferencia?

Vida
/ 24 abril 2017

Vemos cuán enorme es el mundo y llegamos a sentirnos cada vez más pequeños dentro del contexto universal. Para superar esos sentimientos, muchos anhelan grandes logros en la vida y así marcar una gran diferencia.

A menudo se dice que los adelantos en las comunicaciones y el transporte han hecho al mundo más pequeño. Con solo oprimir una tecla podemos acceder a cualquier información y comunicarnos al instante con casi cualquier persona en el planeta. Pero al hacerlo, vemos cuán enorme es el mundo y llegamos a sentirnos cada vez más pequeños dentro del contexto universal.

Para superar esos sentimientos, muchos anhelan grandes logros en la vida y así marcar una gran diferencia. Pero, ¿qué hacer de las cosas pequeñas mientras vamos en pos de las grandes? ¿Vamos deprisa por la vida tras sueños que demuestran ser primordialmente ególatras? Cuando nos dejamos consumir por nuestro trabajo, ¿perdemos de vista el propósito real de la vida?

Si verdaderamente queremos marcar una diferencia, quizá debamos hacer las cosas de un modo distinto. ¿Qué tal si a diario tratáramos de influir para bien en la vida de otra persona?

Una mujer de mediana edad hace poco oyó a un consejero familiar decir que todos a quienes conocemos tienen necesidades no satisfechas. Aquello la impactó tanto que cambió su perspectiva en la vida y empezó a ver a cada persona como alguien a quien podía ayudar, aunque fuera en algo mínimo.

Se preguntaba qué es una necesidad no satisfecha y qué podía hacer para satisfacerla. Sintió un propósito renovado que le hizo preguntarse si acaso había desperdiciado 50 años de su vida preocupándose solo por ella misma.

Aunque una palabra compasiva o una sonrisa no parezca ser nada de gran magnitud, todo contribuye hasta llegar a ser algo de enorme valor. Un acto de bondad jamás es tiempo perdido. Tal vez sea exactamente lo que la persona anhelaba, lo cual es evidencia de que este mundo no es tan insensible como aparenta ser.

La fórmula es sencilla: para saber que usted tiene valores y éstos importan, solo debe hallar pequeñas formas de ser importante para otros. Cuando nos perdemos en el servicio al prójimo hallamos todo lo bueno que hay en cada uno de nosotros.

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