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El estrés es un problema de salud mental cada vez más frecuente en la población general, pero en aquellas mujeres que alternan trabajo y hogar, el problema puede agravarse.

Al respecto, Minerva Castro Sotelo, trabajadora social adscrita a la División de Salud en el Trabajo del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, dijo que si los niveles de estrés persisten durante más de seis meses puede causar depresión, por lo que es de suma importancia que el núcleo familiar colabore en las tareas domésticas y la mujer organice sus actividades para evitar presiones adicionales.

Aseguró que desde temprana edad los niños pueden participar en tareas tan sencillas como mantener ordenados su ropa y juguetes y, si hay pareja, debe compartir responsabilidades de manera que haya tiempo libre para convivir en familia.

Expuso que, durante la comida o la cena, por ejemplo, padres e hijos pueden planear el menú de la semana e ir a comprar víveres para preparar los alimentos de acuerdo a las preferencias de todos.

Así como llevar una agenda de este tipo permitirá además tener un registro de gastos para que éstos no nos sorprendan y nos estresemos porque llega la fecha límite de pago.

Otro factor que suele afectar a las mujeres trabajadoras que son al mismo tiempo esposas y madres, es que no tienen tiempo, ni espacio para sí mismas.

Por ello, Orozco Sotelo explicó que es necesario reservar al menos media hora al día en una parte de la casa (una habitación, un sofá) para que la mujer descanse sin ser molestada, este hábito la ayudará a “recargar energía” para estar con su familia.

Las mujeres que cumplen con una jornada laboral y además con la limpieza de la casa, la elaboración de la comida, el cuidado de los hijos, etc., y no cuentan con el apoyo de una pareja para compartir tareas, deben tomar en cuenta que su descanso por las noches deberá ser de entre seis y nueve horas seguidas”, apuntó.

La experta en Terapia Familiar resaltó que, si aún no se tiene este tipo de acuerdo con los integrantes de la familia, hay que negociar y la mejor manera es hacerlo en el momento adecuado y estimulando a la pareja porque quizás no está habituada a colaborar en el hogar.

Hay que reconocer los logros y si hace algo mal, no hacérselo saber de inmediato, sino después, explicándole la manera correcta. Las metas son la comunicación y la convivencia familiar”, destacó.