Expertos ahora recomiendan exámenes de detección de cáncer de mama a los 40 años
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En 2009, el grupo de trabajo aumentó la edad en que deben iniciarse las mamografías rutinarias, de 40 a 50 años, lo que suscitó una amplia controversia
Por: Roni Caryn Rabin
Algunos investigadores creen que las nuevas recomendaciones del Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE. UU. podrían beneficiar a las aseguradoras y poner en riesgo a las mujeres.
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Citando el aumento de las tasas de cáncer de mama en mujeres jóvenes, un grupo de expertos recomendó el martes comenzar las mamografías periódicas a los 40 años, revirtiendo así la antigua y controvertida recomendación de que la mayoría de las mujeres esperen hasta los 50 años.
El Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE. UU. concluyó un boceto de recomendación hecho público el año pasado. El grupo emite consejos influyentes sobre salud preventiva, y sus recomendaciones suelen ser ampliamente adoptadas en Estados Unidos.
En 2009, el grupo de trabajo aumentó la edad en que deben iniciarse las mamografías rutinarias, de 40 a 50 años, lo que suscitó una amplia controversia. En aquel momento, a los investigadores les preocupaba que un chequeo más precoz fuera más perjudicial que beneficioso, ya que conduciría a tratamientos innecesarios en mujeres más jóvenes, incluidos hallazgos alarmantes que conducen a procedimientos invasivos que producen ansiedad, pero que, en última instancia, son innecesarios.
Pero ahora las tasas de cáncer de mama entre las mujeres de 40 años están en aumento, al elevarse un 2 por ciento al año entre 2015 y 2019, dijo John Wong, vicepresidente del grupo de trabajo. El panel sigue recomendando un control cada dos años para las mujeres con un riesgo promedio de cáncer de mama, aunque muchas pacientes y proveedores prefieren el chequeo anual.
“Hay pruebas claras de que empezar a hacerse pruebas cada dos años a partir de los 40 aporta suficientes beneficios como para recomendarlas a todas las mujeres del país, con el fin de ayudarlas a vivir más tiempo y a tener una mejor calidad de vida”, dijo Wong, médico de atención primaria del Centro Médico Tufts y director de investigación de eficacia comparativa del Instituto de Ciencia Traslacional Clínica Tufts.
Las recomendaciones han sido objeto de duras críticas por parte de algunos defensores de la salud de la mujer, como la representante Rosa DeLauro, demócrata de Connecticut, y la representante Debbie Wasserman Schultz, demócrata de Florida, quien afirma que el consejo no va lo suficientemente lejos.
En una carta enviada al grupo de trabajo en junio, señalaron que las directrices seguían “siendo insuficientes con respecto a la ciencia, creando lagunas de cobertura, generando incertidumbre para las mujeres y sus proveedores, y exacerbando las disparidades sanitarias”.
Al incidir de nuevo en un tema muy debatido, el grupo de trabajo también afirmó que no había pruebas suficientes para recomendar que se realicen exploraciones adicionales, como ecografías o resonancias magnéticas, a las mujeres con tejido mamario denso.
Esto significa que las aseguradoras no están obligadas a ofrecer cobertura completa de pruebas adicionales a estas mujeres, cuyos cánceres pueden pasar desapercibidos solo con mamografías y que, para empezar, tienen un mayor riesgo de padecer cáncer de mama. Aproximadamente la mitad de las mujeres mayores de 40 años pertenecen a esta categoría.
En los últimos años, la ley ha exigido a más proveedores de mamografías que informen a las mujeres cuando tienen tejido mamario denso y que les indiquen que la mamografía puede ser una herramienta de diagnóstico insuficiente para ellas.
A partir de septiembre, todos los centros de mamografía de Estados Unidos estarán obligados a dar esa información a las pacientes.
Los médicos suelen prescribir a estas pacientes exploraciones adicionales o “suplementarias”. Pero estas pacientes se encuentran a menudo con que tienen que pagar ellas mismas la totalidad o parte de los gastos, incluso cuando las pruebas adicionales se realizan como parte de la atención preventiva, que según la ley debería ofrecerse sin costo alguno.
Medicare, el plan de salud del gobierno para los estadounidenses mayores, no cubre las exploraciones adicionales. En el mercado de los seguros privados, la cobertura es dispersa y depende, entre otros factores, de las leyes estatales, el tipo de plan y su diseño.
El grupo de trabajo establece las normas sobre qué servicios de atención preventiva deben cubrir por ley las aseguradoras sanitarias sin costo alguno para los pacientes.
Según Robert Traynham, vocero de AHIP, la asociación que representa a las compañías de seguros médicos, la decisión del grupo de no aprobar las exploraciones adicionales tiene importantes implicaciones para los pacientes.
“Lo que esto significa para la cobertura es que no hay ninguna obligación de cubrir estas pruebas específicas para las mujeres con senos densos a costo cero”, dijo.
Aunque algunas empresas pueden optar por incluir estos procedimientos en sus planes de seguro médico, la ley no lo exige, según Traynham.
Kathleen Costello, una jubilada en el sur de California a quien se le diagnosticó cáncer de mama en 2017 cuando tenía 59 años, dijo que estaba convencida de que las mamografías no detectaron su cáncer durante muchos años.
Se sometía a revisiones anuales y cada año recibía una carta en la que se le informaba de que no tenía cáncer. En las cartas también se le informaba que tenía tejido mamario denso y que podía someterse a pruebas adicionales, pero que el seguro no las cubría.
Seis meses después de una mamografía en 2016, le dijo a su médico que sentía el pecho derecho rígido. El médico le pidió una mamografía y una ecografía.
“En 30 segundos, el ultrasonido encontró el cáncer”, dijo Costello en una entrevista, y agregó que lo supo porque “el técnico palideció y salió de la habitación.“
La masa medía cuatro centímetros, añadió Costello: “Me resulta difícil aceptar que creciera en seis meses de un tamaño indetectable a cuatro centímetros”.
Sin embargo, Wong, del grupo de trabajo, afirmó que no existen pruebas científicas que demuestren que la obtención de imágenes suplementarias, ya sea mediante resonancia magnética o ecografía, reduzca la progresión del cáncer de mama y prolongue la vida de las mujeres con tejido mamario denso.
Por el contrario, hay muchas pruebas de que los exámenes suplementarios pueden dar lugar a falsos positivos frecuentes y a biopsias, lo que contribuye al estrés y a ocasionar procedimientos invasivos innecesarios.
“Es trágico”, dijo Wong. “Estamos tan frustrados como las mujeres. Merecen saber si las pruebas complementarias serían útiles”.
Pero organizaciones médicas como el Colegio Estadounidense de Radiología respaldan la realización de pruebas suplementarias a las mujeres con tejido mamario denso. Según Stamatia Destounis, presidenta de la Comisión de Imagen Mamaria del Colegio, hay estudios que demuestran que la ecografía, en conjunto con la mamografía, detecta cánceres adicionales en pacientes con tejido denso.
Para las mujeres con mamas densas que tienen un riesgo promedio de cáncer de mama, las investigaciones recientes indican que la resonancia magnética es la mejor exploración complementaria, dijo Destounis, “con una detección del cáncer mucho mejor y unos valores predictivos positivos más favorables”.
El colegio también recomienda el chequeo anual para las mujeres con un riesgo promedio de cáncer, en lugar del control cada dos años recomendado por el panel. El grupo de radiólogos está presionando para que se recomiende que se evalúe el riesgo de cáncer de mama de todas las mujeres antes de los 25 años, de modo que las mujeres con alto riesgo puedan empezar a someterse a chequeos incluso antes de cumplir los 40.
Cada vez hay más pruebas de que las mujeres negras, judías y de otras minorías desarrollan cáncer de mama y mueren antes de los 50 años con más frecuencia que el resto de las mujeres, señaló Destounis.
Los hombres transexuales que no se han sometido a mastectomía deben seguir realizándose pruebas de detección del cáncer de mama, añadió, y las mujeres transexuales, cuyo uso de hormonas las expone a un mayor riesgo de cáncer de mama que al hombre promedio, deben hablar de las pruebas de detección con su médico.
Aunque el consejo del grupo de empezar a hacerse pruebas a los 40 años es “una mejora”, dijo Destounis, las recomendaciones finales “no van lo suficientemente lejos como para salvar la vida de las mujeres”.