Exposición muestra al Cervantes menos conocido con ilustraciones

Vida
/ 20 agosto 2016

A través de 36 piezas de obra gráfica e ilustración, realizadas por los artistas españoles Miguelanxo Prado y David Rubín, la exposición "Miguel EN Cervantes".

La vida de Miguel de Cervantes ha quedado prácticamente eclipsada por el éxito de su obra "Don Quijote", por lo que una exposición del Centro Cultural de España en México recupera los aspectos más desconocidos del autor a través del diálogo con uno de sus entremeses.

A través de 36 piezas de obra gráfica e ilustración, realizadas por los artistas españoles Miguelanxo Prado y David Rubín, la exposición "Miguel EN Cervantes", que se inauguró en la capital, pretende acercar al público, de forma amena, el contexto, las ideas y los pasos del autor nacido en 1547.

Lo hace de la mano de "El retablo de las maravillas", uno de los ocho entremeses cervantinos y que ha quedado inmortalizado en las desenfadadas viñetas de Rubín.

Estas, sumadas a las ilustraciones más clásicas de Prado sobre el propio Cervantes, configuran un recorrido que desvela anécdotas como que el autor fue excomulgado en dos ocasiones, que ejerció como espía para Felipe II o que era tan aficionado a la lectura que leía hasta los papeles que encontraba por la calle.

El "psicodélico" entremés fue escogido para ejercer como hilo narrativo porque en él hay una conjunción de temas con los que Cervantes introduce los aspectos de finales del siglo XVI y principios del XVII, como "el ejército, los gobernadores, el elemento del dinero, los dramaturgos y las compañías de teatro", dijo a Efe el director del centro cultural, Carlos Ruiz.

"Dentro de los entremeses de Cervantes es uno de los que aglutina una mayor panoplia de elementos de la época en la que vivió y trabajó Cervantes", afirmó el director de la institución, que acoge la muestra en el marco del 400 aniversario de la muerte del escritor.

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Entre estos elementos destacan los que versan sobre la labor literaria del autor, quien pasó periodos amargos de penurias económicas en los que no pudo publicar.

Asimismo, es conocida su rivalidad con Lope de Vega, pese a que "al principio se cayeron bien", comentó Ruiz.

Aunque Cervantes saboreó las mieles del éxito con "Don Quijote", nunca encontró el reconocimiento que deseaba con sus obras dramáticas, y sus entremeses, rechazados por el público, no se reeditaron hasta más de un siglo después de su muerte.

De acuerdo con Ruiz, los asistentes "van a ver que realmente existía una correlación entre su vida personal y lo que luego escribía en sus novelas y piezas de teatro", porque "hay muchas ideas y circunstancias" sacadas de sus experiencias personales.

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A la vida del autor remiten viñetas como una protagonizada por el personaje de Benito Repollo, en el que este se enorgullece de tener "cuatro dedos de enjundia de cristiano viejo".

Un aspecto que hace recordar al momento en el que Cervantes presentó en Roma un certificado de limpieza de sangre para poder trabajar para la Iglesia, y que respondía al planteamiento extendido en la época de que tenía ascendencia judía.

Y fue ese argumento el mismo que, según la creencia popular, le inclinó a mantener una posición radical a favor de la expulsión de los moriscos de España, por temor a que se descubriera sus orígenes.

Pese a que con sus escritos lograba trazar una radiografía de su época, el "manco de Lepanto", de quien no se conserva ni un solo manuscrito de sus obras, "no era especialmente ácido", defendió Ruiz.

Eso sí, su manejo de la pluma, continuó el director, le permitía que "a través de la ironía y el sarcasmo podía criticar, pero sin hacer sangre".

"Era muy limpio en ese sentido, muy fino", concluyó Ruiz.

"Miguel EN Cervantes", organizada por Acción Cultural Española y el Instituto Cervantes, mantendrá abiertas sus puertas hasta el próximo 16 de octubre.

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