Fue José Tomás de Cuéllar un retratista literario de su época

Vida
/ 10 febrero 2016

En 1869 apareció su primera incursión novelística “El pecado del siglo”, novela histórica que se publicaba por entregas.

El jueves se cumplen 122 años del fallecimiento de José Tomás de Cuéllar, una de las principales figuras literarias de la corriente costumbrista del siglo XIX en este país.

Novelista, cuentista, poeta, dramaturgo, además de periodista y diplomático, José Tomás de Cuéllar nació el 18 de septiembre de 1830, realizó sus primeros estudios en prestigiadas instituciones como el Colegio de San Gregorio y después en San Ildefonso.

Antes de cumplir los 18 años, ingresó al Colegio Militar de Chapultepec, donde se realizó la defensa a la invasión estadounidense de 1857, y a los caídos dedicó sus primeros escritos.

El escritor persiguió su primera pasión artística en la Academia de San Carlos, donde estudió pintura y aprendió fotografía. Durante este periodo se dedicó a escribir pequeños ensayos e incluso publicó un álbum fotográfico de retratos de personajes célebres de la época.

José Tomás de Cuéllar cultivó también su vocación teatral y montó diversas obras como “Deberes y sacrificios” y “Azares de una Venganza”, que criticaba las costumbres francesas durante la intervención a este país, la puesta en escena le valió el reconocimiento de la crítica.

Durante su estancia en San Luis Potosí, el escritor publicó en colaboración con José María Flores Verdad, el semanario “La Ilustración Potosina”.

En 1869 apareció su primera incursión novelística “El pecado del siglo”, novela histórica que se publicaba por entregas; ese mismo año fundó la revista “La Ilustración Potosina” donde publicó “Ensalada de Pollos”, su primera experiencia costumbrista.

De acuerdo con el sitio Ecured.cu, José Tomás Cuéllar colaboró asiduamente en semanarios de la capital y al mismo tiempo se incorporó a la Bohemia literaria, una asociación dedicada al ejercicio de las letras.

De su participación en Bohemia literaria nació “La Linterna Mágica”, el 18 de julio de 1872, con textos de Ignacio Manuel Altamirano, Guillermo Prieto e Ignacio Ramírez, entre otros.

El novelista utilizó el pseudónimo de “Facundo” para firmar sus textos en los que representaba las nuevas costumbres mexicanas de su tiempo, sin limitarse a describirlas, al contrario, a través de diversos mecanismos literarios que afianzaba su postura y proponían un final didáctico y moralizante.

La primera serie publicada de 1871 a 1872, colecciona seis títulos “Ensalada de pollos”, “Historia de Chucho el Ninfo”, “Isolina”, “La ex figurante”, “Las gentes que son así” y “Gabriel el Cerrajero”.

De 1889 a 1892 se editó la serie completa de 24 volúmenes de “La linterna mágica” en Barcelona y Santander, a los que se añadió “Baile y Cochino”, “Los mariditos”, “Los fuereños”, “La Noche Buena”, “Poesías”, “Artículos ligeros”, “Versos” y “Vistazos”.

Según datos biográficos que recopila María Eugenia Negrín en su libro “Fiesta de Apariencias”, José Tomás de Cuéllar se dedicó al servicio exterior en Washington desde 1872, el 12 de octubre de ese año fue nombrado Oficial de la Legión Mexicana.

Posteriormente se desempeñó como subsecretario de Relaciones Exteriores de vuelta al país hasta 1882 y en 1980 fue nombrado por la Real Academia Española como socio correspondiente.

Murió en la ciudad que lo vio nacer el 11 de febrero de 1894 dejando un legado que narra fielmente la sociedad mexicana de aquella época.

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