Gustav Maher, ¿fue forzado a ser un cristiano?
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El compositor austriaco sufrió la mayor parte de su vida la intolerancia antisemita
El joven Gustav Mahler ha sido "honrado" por ciertos columnistas e intelectuales por haber sido un "cristiano devoto" que buscó inspiración en la vida de Jesucristo para sus obras, ignorando el hecho que el músico nació en una familia judía.
La vida del reconocido compositor fue constantemente rodeada de tragedias, y una de las más destacadas fueron los constantes ataques de la crítica antisemita en Alemania y Austria que denominaban su arte “degenerado”.
En lugar de Jesús, el músico llegó a compararse con Asuero, el judío errante, quien constantemente era atormentado por pesadillas y sentirse un extraño por su origen bohemio-austriaco-judío.
Dicho eso, ¿por qué personas llegan a afirmar una cercanía de Mahler al cristianismo? Durante la estancia del compositor en Austria, Mahler se convirtió públicamente al catolicismo. Esta era una decisión comúnmente hecha por varios artistas para escapar de leyes que discriminaban a judíos que evitaban, por ejemplo, que fuesen directores de orquestas.
Aún tras tener un conocimiento del judaísmo y el catolicismo en su vida, el músico siempre expresó sus dudas constantes sobre la religión que plasmaba en obras como “Das Lied Von der Erde” (La canción de la Tierra).
Cuando se cuestionó una vez a Mahler por qué nunca compuso una Masa, el austriaco contestó que nunca y bajo ningún grado artístico o integridad espiritual, interpretaría el Credo.
Conocido alrededor del mundo como uno de los mejores conductores de orquesta de su época, las composiciones de Mahler no se harían conocer hasta los años sesenta gracias al trabajo de compositores como Leonard Bernstein, quien siempre mostró su afecto por su música.
A continuación podrán escuchar “La Canción de la Tierra”, la cual realizó el compositor luego de la muerte de su hija mayor, perder su posición como director de la Ópera de Viena y ser diagnosticado con una afección cardiaca que terminaría llevarlo a la tumba.
La obra consiste en seis canciones basadas en poesía oriental sobre la naturaleza, la juventud y, por supuesto, la muerte, el cual siempre fue el más grande temor del artista.