Jesús entre "drag queens”; carnaval español vuelve a generar polémica
COMPARTIR
TEMAS
El Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria celebró su popular gala para elegir una reina "drag queen" del carnaval repitiendo las alusiones religiosas que en 2017 generaron polémica en toda España.
Un Cristo transformista, apóstoles sobre tacones de vértigo y una "última cena" muy provocadora: Las Palmas de Gran Canaria celebró su popular gala para elegir una reina "drag queen" del carnaval repitiendo las alusiones religiosas que en 2017 generaron polémica en toda España.
La vigésima edición de la gala, pionera de su tipo en España y una de las noches más esperadas en el carnaval de la ciudad canaria, tuvo su plato fuerte en el número con el que cerró su "reinado" Drag Sethlas, ganador del concurso el año pasado con un acto en el que aparecía disfrazado de Virgen María y Cristo crucificado.
Desafiando abiertamente las críticas, e incluso las denuncias que generó la gala de 2017, los 18 finalistas dieron hoy su apoyo explícito a Drag Sethlas sumándose a un número que tuvo su punto cúlmine cuando todos posaron juntos emulando "La última cena", de Leonardo da Vinci, con estética trans y música electrónica.
"En esta gala el arte y la libertad van de la mano, porque el arte educa", dijo la presentadora al presentar el número de Sethlas. Luego leyó el artículo de la Declaración de los Derechos Humanos que consagra la libertad de expresión.
El propio Sethlas, cuyo nombre real es Borja Casillas, explicó su coreografía como un modo de cerrar un año "marcado por muchas cosas buenas y malas". "El mensaje es: vive y deja vivir. Que cada uno haga lo que quiera", comentó a dpa sobre su nueva actuación.
La del año pasado hirió sensibilidades en un país de fuerte tradición católica como España y motivó una querella de la Asociación de Abogados Cristianos, que el juez terminó por archivar en diciembre. Pero también "marcó una nueva etapa en el carnaval de Las Palmas", agregó la "drag queen”.
El lema de su nueva actuación fue por eso "Año 1 después de Sethlas". A la pregunta de qué reacción espera ahora de los creyentes, se mostró indiferente: "Se echarán las manos a la cabeza. Yo lo entiendo, claro. Pero que se echen también las manos a la cabeza por otras cosas”.
La Asociación de Abogados Cristianos, por lo pronto, amenazó ya con nuevas denuncias. "No vaya a ser que 'La última cena' sea 'La penúltima querella' a Drag Sethlas. Basta de atacar los sentimientos de los cristianos", reclamó en Twitter. "Si tan valiente es, ¿por qué no se mofa de Mahoma o los musulmanes?”.
La actuación recorrió y travistió todos los tópicos católicos desde el comienzo, cuando el "drag queen" entró a escena vestido como la Virgen María y en una procesión como las que recorren toda España en Semana Santa.
Las alusiones religiosas siguieron guiando todo el número: señales de la cruz, manos en posición de oración, un baile de ángeles, la "última cena" con todos los concursantes y un claro mensaje final en tono reivindicativo: "Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Amén". El público ovacionó a rabiar.
La gala "drag queen" cada lunes de carnaval marca un punto cúlmine en el carnaval de Las Palmas de Gran Canaria, uno de los más famosos y antiguos de España. Los 6.000 asistentes volvieron a agotar las entradas para la gala que contó también con la actuación de Alaska y Nacho Canut, el mítico grupo español de pop electrónico Fangoria.
Lejos de cualquier provocación gratuita, los 18 finalistas, entre los que había uno con síndrome de down y una mujer, evitaron otras menciones religiosas y desplegaron un desfile de temas y motivos: payasos, muñecos poseídos, osos, muertos mexicanos, geishas japonesas y hasta mensajes contra el bullying o el maltrato animal.
Cada artista recibió la ovación de una superestrella y condensó la esencia del carnaval y la estética "drag queen": acrobacias imposibles sobre plataformas de 30 centímetros, trajes diseñados como obras de arte, cuerpos esculturales, mucha purpurina y mucho humo. Como nueva "reinona" del carnaval fue elegida "Drag la Tullida" con un número homenaje al concurso musical Eurovisión.
"La maldad está en los ojos del que mira y no en el corazón del que ama", declaró una voz en la apertura de la gala, anunciando el tono reivindicativo del acto. Después de tres horas de música y baile, la noche más esperada y transgresora del carnaval de Las Palmas de Gran Canaria cerró proclamándose como "una oda a la libertad”.