La dulce medicina del mango

Vida
/ 1 febrero 2017

Una taza de esta fruta sólo tiene 100 calorías y aporta el 100 por ciento de la cantidad diaria recomendada de vitamina C

MADRID.- Hay muchas buenas razones para disfrutar de los mangos. ¿Sabía que contienen más de 20 tipos diferentes de vitaminas y minerales, y está libre de grasa, sodio y colesterol? ¿O que una taza de esta fruta tropical cortada en trozos y de unos 165 gramos, sólo tiene 100 calorías y aporta el 100 por ciento de la cantidad diaria recomendada de vitamina C, el 35 por ciento de la de Vitamina A y el 12 por ciento de la de fibra dietética?.

Estas cifras de la organización National Mango Board o NMB, que promociona e investiga el consumo de esta fruta en Estados Unidos muestran que, además de tener un suntuoso sabor tropical que hace de la comida una experiencia sensorial deliciosa, el mango aporta una multitud de nutrientes.

Además de nutritiva, según la NMB esta “superfruta” que se cultivó por primera vez en la India hace más de 5.000 años, llegó a América alrededor del año 300-400 de nuestra era y ahora está disponible a lo largo de todo el año, no solo es una de las más populares del mundo, sino además una de las más saludables.

De hecho, la corteza, las hojas, la piel y la semilla del mango, un árbol bajo cuya sombra meditó Buda, según una leyenda, se han utilizado en remedios caseros durante siglos, según esta fuente.

Las últimas investigaciones sobre esta fruta que llega al mercado estadounidense proveniente de México, Perú, Ecuador, Brasil, Guatemala y Haití, confirman que sus beneficios curativos y protectores siguen vigentes y cada vez se conocen mejor.

Una investigación de la Universidad Estatal de Oklahoma, (OSU, en inglés) en Estados Unidos, ha comprobado en ratones de laboratorio que el consumo de suplementos a base de mango previene la pérdida de las bacterias beneficiosas del intestino, a menudo inducida por una dieta alta en grasas.

Estas bacterias de la microbiota o flora intestinal pueden desempeñar un papel en la obesidad y las complicaciones relacionadas con ésta, como la diabetes tipo 2, según la OSU.

“Este estudio demuestra que añadir mango a la dieta puede ayudar a mantener y regular la salud intestinal y los niveles de bacterias beneficiosas”, según Edralin A. Lucas, profesora de ciencias nutricionales en la OSU e investigador principal de este trabajo.

La profesora Lucas ha descubierto, además, que la pulpa de mango podría ser útil para reducir la glucosa (azúcar) en la sangre, sin producir los efectos negativos de algunas drogas utilizadas habitualmente para reducirla, como la rosiglitazona. 

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