La merienda en niños: ¡energía esencial!
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Una correcta merienda aporta a los niños “la energía que necesitan para jugar y hacer los deberes tras el colegio”
La merienda es una comida muy importante para los más pequeños de la casa ya que les ayuda a controlar el hambre y les proporciona la energía que necesitan para hacer sus tareas y actividades extraescolares, pero…¿sabemos cuál es la merienda adecuada para nuestros hijos? ¿Cuáles son los alimentos que no deben faltar y cuáles no debemos darles?
Damos ideas novedosas y divertidas para que la merienda no sea una simple comida más.
El Abecedario de la Nutrición de “El Bisturí” llega a la letra “I” con “ideas de meriendas para los niños”. Anabel Aragón, responsable Nutrición y Salud de Nestlé, ofrece pautas para conseguir que ésta sea lo más saludable y atractiva posible para los pequeños.
Importancia de la merienda
La experta en nutrición explica que una correcta merienda aporta a los niños “la energía que necesitan para jugar y hacer los deberes tras el colegio”, pero advierte que no debe ser “excesiva” porque pueden perder el apetito a la hora de la cena.
“El propósito de la merienda es evitar que los hijos lleguen con mucha hambre a la cena y no coman en exceso”, desarrolla. Pero afirma que no se les debe dar cualquier cosa y que las mejores meriendas tienen que ser “bajas en azúcar, sal y grasas“.
“Hay que poner atención en: qué, cuánto y cuándo merendar.” Y asegura que lo ideal es hacerlo siempre a la misma hora porque esto “ayuda a que lleven un peso más saludable durante la infancia y a lo largo de sus vidas”, resalta Aragón.
Qué deben comer
La experta en nutrición recomienda tomar y combinar alguno de estos tres grupos básicos:
Lácteos: aporta calcio y proteínas. Por ejemplo un vaso de leche, un yogur natural sin azúcar o queso.
1. Frutas: aporta fibra, vitaminas y agua. Una idea es hacer un plato multicolor con frutas variadas o algún zumo preparado en casa.
2. Cereales integrales y frutos secos: nos dan fibra y energía. Por ejemplo: un bocadillo casero o un puñado de frutos secos como nueces, almendras o avellanas (mejor que al natural, sin sal).
La diferencia con el desayuno es que éste ha de contener un aporte energético mayor que la merienda. Al tener las dos comidas los mismos grupos de alimentos, la merienda puede realizarse sólo con uno o dos de estos grupos, por ejemplo: un yogur y una fruta.