Matlachines de Saltillo serán Patrimonio de la Humanidad

Los matlachines son una expresión de la cultura saltillense que está presente prácticamente en nuestro día a día. Desde niños los vemos danzar por las calles de la ciudad, sea en agosto, en diciembre o en la fiesta patronal de la parroquia de la colonia.

Ahora, esta práctica está dando sus primeros pasos para convertirse en Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad como una iniciativa del Instituto Municipal de Cultura de Saltillo comandado por Iván Márquez, bajo la guía de los investigadores José Antonio Macgregor y Silvia Olvera Sánchez, con quienes VANGUARDIA tuvo la oportunidad de platicar.

“Se dice que para ser patrimonio se requiere que una expresión tenga un valor excepcional, desde el punto de vista histórico, estético y simbólico y la danza de los matlachines reúne todo eso”, nos explicó Macgregor, cuya trayectoria, entre muchos otros logros, lo ha colocado en la Dirección General de Culturas Populares del CONACULTA y como consultor de la UNESCO.

El camino para blindar esta tradición es largo. En primera instancia, explicaron, se debe presentar el proyecto ante la instancia nacional para que forme parte de su inventario de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación, este a su vez requiere de una ficha que reúna todos los aspectos físicos y simbólicos de la danza el cual no puede llevarse a cabo sin la autorización de sus portadores, los danzantes mismos.

Para esto, del 18 al 20 mayo pasados, Macgregor y Olvera se reunieron con matlachines de la ciudad, historiadores y promotores culturales, en un taller que impartieron en Casa Purcell donde se llevó a cabo la firma de esta ficha, con lo que oficialmente comenzaron los esfuerzos para darle a la danza de los matlachines su lugar como patrimonio de la humanidad.

Este proceso tomará un par de años, de acuerdo con Olvera Sánchez, pero ya firmada la ficha de inventario la decisión crucial estará tomada y el trabajo en conjunto para conseguir estará declaratoria comenzará.

“Ya desde hace mucho se están realizando acciones en torno a fortalecer esta manifestación, está por publicarse un libro con una serie de información e imágenes muy ricas para tener un expediente a mediano plazo y por el momento lo que vamos a tratar en estos días va a ser una denominada ficha de inventario”, explicó Silvia.

“Lo que contiene son los elementos tanto de descripción de la danza como de todos los elementos que la acompañan. Los portadores deben dar su consentimiento, sobre todo en la parte denominada medidas de salvaguardia, cuestiones para que la danza esté cada vez más fortalecida”.

La declaratoria protegerá a esta tradición de cualquier intervención externa que busque cambiarla con cualquier fin. Porque al tratarse de una expresión viva, explicaron, a diferencia de un patrimonio material, en este caso no se puede ni debe evitar su cambio, sólo asegurarse que sea dentro de los parámetros naturales con que ha evolucionado siempre.

“Tratándose de Patrimonio Cultural Inmaterial el valor no está en lo que se ve, aunque es importante, pero lo más importante es cómo lo vive la gente,”, expresó Macgregor, “vimos a unos niños con modificaciones en su atuendo, pero estas modificaciones no atentan contra la esencia de la danza”.

“Pero si, por ejemplo, al rato se arma el show de los matlachines para las ferias comerciales y para esos shows ellos tienen que modificar la coreografía para hacerla más adecuada a esa feria”, continuó, “ahí ya se está corriendo un riesgo, porque no son los protagonistas bajo las lógicas tradicionales las que están orientando las transformaciones”.

Y aunque hay diversas danzas en todo el territorio mexicano —comentaron que la diversidad es tanta como poblaciones hay— la metodología para lograr la declaratoria requiere comenzar en un punto, y los matlachines de Saltillo has sido elegidos como ese punto de partida.

José Antonio conjetura que la fuente de donde nacen todas estas danzas es la capital de Coahuila y explicó que “creemos llega con los tlaxcaltecas, cuando vienen a apoyar el proceso de colonización en esta zona. Los tlaxcaltecas eran ya una cultura muy desarrollada. Esta cultura ya traía danzas similares que dieron origen a los matlachines”.

Agregó que a esto se suma su observación de que de las poco más de 200 danzas registradas en el estado, con 80 en la ciudad, gran parte de las restantes surgen de aquí. “Como que Saltillo es la matriz generadora de los matlachines”, aventuró.