Poesía de José Fonollosa es un retrato de una sociedad deshumanizada
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Aun no cumplidos los 23 años, en 1945, Fonollosa publicó su primer libro de poemas titulado “La Sombra de Luz”, cuya obra muestra gran influencia de diversos poetas de la Generación del 27.
Poeta de la postguerra, el español José María Fonollosa, reconocido por el libro “Ciudad del Hombre”, es recordado a 25 años de su muerte por usar un lenguaje directo y de fácil comunicación con el lector.
De acuerdo con datos biográficos difundidos por el portal “www.escritores.org”, Fonollosa nació en Can Tunis, Barcelona, el 8 de agosto de 1922; la mayor parte de su vida la pasó en España, con excepción de la década entre 1951 y 1961, cuando se exilió voluntariamente en las ciudades de La Habana y Nueva York.
Aun no cumplidos los 23 años, en 1945, Fonollosa publicó su primer libro de poemas titulado “La Sombra de Luz”, cuya obra muestra gran influencia de diversos poetas de la Generación del 27.
Tras su regreso a España en 1961, luego de una década entre Cuba y Estados Unidos, colaboró con la revista “Poesía Española”.
Tres años después publicó el manuscrito “Los pies sobre la tierra”, el cual nunca imprimió y que de acuerdo con el portal “ebiblioteca.org”, es de gran importancia porqué da inicio al ciclo poético “Ciudad del Hombre”, al que le dedicó cuatro décadas.
Fue hasta 1987, cuando un encuentro con el crítico literario Pere Gimferrer (1945) lo llevó a la publicación de la antología de 287 poemas “Ciudad del Hombre”, el cual se dividió en dos impresiones, “Ciudad del hombre: New York” (1990), y “Ciudad del Hombre: Barcelona” (1997).
Para el sitio “www.escritas.org”, el estilo de Fonollosa es narrativo, conversacional, de tal forma que se muestra casi aséptico. Su objetivo central era mantener una expresión clara y establecer un lenguaje directo, que resultara de fácil comunicación con el lector.
Aunque se conoce poco de su historia, se sabe que José María Fonollosa falleció en Barcelona, el 7 de octubre de 1991, y según el portal “culturacolectiva.com”, el día de su muerte sobre su mesa y junto a varios borradores se encontró el poema titulado “No a la Transmigración en otra especie”.