Proteger no siempre es fortalecer

Proteger no siempre es fortalecer

Educar la fuerza de voluntad es un trabajo diario, constante y amoroso.

Vida
/ 19 diciembre 2025
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Una mamá llega a mi consultorio muy preocupada. Su hijo, de segundo de primaria, le contó que en la escuela hicieron un reto: ver quién le daba un beso en la boca a otro niño a cambio de un dulce. La sentí verdaderamente angustiada.

¿Cómo es posible que en la escuela esté aprendiendo esas cosas? —me dijo.

Y luego vino la gran pregunta: ¿Hablo con las mamás de esos niños? ¿Hablo con la escuela?

Esta duda es muy común. No solo con niños pequeños, también con adolescentes. ¿Cómo sé cuándo intervenir? ¿Cuándo sí y cuándo no? ¿Hasta dónde ayudo y hasta dónde dejo que aprendan? Tal vez tú también te lo has preguntado alguna vez.

Hace un tiempo, con una de mis hijas, estiré la mano para acomodar su ventana y reaccionó como si fuera a golpearla. Se asustó mucho. Le pregunté:—¿Qué pasó? Reaccionaste como si estuvieras esperando un golpe.

Se puso nerviosa y empezó a llorar. Poco a poco logró decirme que había un niño en su salón que la estaba lastimando. Cuando le pregunté desde cuándo, me dijo que llevaba meses así, pero que no me había contado nada porque al principio no sabía si era un juego o no. Después, ya se sentía muy nerviosa cada vez que él se acercaba.

Te imaginarás lo que pasó por mi cabeza. Sentí enojo, frustración, culpa, rabia y miedo... todo al mismo tiempo.

Le dije:—Dime qué necesitas. ¿Hablo con la escuela?, ¿con la mamá?, ¿cómo te ayudo?

Yo la veía frágil, pero su respuesta me sorprendió:—No, por favor no te metas. Me siento mejor de haberte contado y yo voy a hacer algo al respecto.

En terapia escucho esto muy seguido. Nuestros hijos no siempre quieren que sus papás intervengamos de inmediato. Y nosotros, desde el amor, sentimos que tenemos que hacerlo ya, que debemos “defenderlos” o resolver la situación por ellos.

Pero nuestros hijos también desean sentirse capaces. Tienen un anhelo profundo de confiar en sí mismos, de descubrir que pueden enfrentar lo que les duele o les asusta. Cada vez que sustituimos su fuerza, sus ideas o sus intentos por resolver un conflicto, les quitamos la oportunidad de descubrir su propio poder.

Volviendo al caso del reto del beso, le pregunté a la mamá:—Si le hubieran ofrecido ese reto a tu hijo, ¿qué crees que hubiera hecho?

Me contestó:—No sé.

Entonces le dije:—¿Qué te gustaría más?, ¿que tu hijo sepa decir que no o que el mundo nunca le ponga tentaciones?

Se rió y me dijo:—Pues claro, mejor educo a mi hijo que andar educando a los hijos de los demás.

Y tenía razón. Muchas veces queremos controlar las circunstancias externas, cuando nuestra energía debería estar enfocada en fortalecer la toma de decisiones y la fuerza interior de nuestros hijos. Claro que necesitamos estar atentos al mundo en el que viven, aliarnos con otros padres y trabajar de la mano con la escuela, pero no desde la reacción o la culpa, sino desde la responsabilidad que nos toca como papás.

Educar la fuerza de voluntad es un trabajo diario, constante y amoroso. Se construye a través de las responsabilidades y del ejemplo. A esto me dedico con el programa Humans Up para familias y escuelas. Como terapeuta familiar, sé que es posible entrenar estas habilidades.

Hoy quiero dejarte algunas ideas prácticas:

Elige tres responsabilidades claras que sean suyas. Permíteles intentar: tender su cama, lavar trastes, hacer su tarea, dormir solos. Todo eso los fortalece. El grito y el castigo sustituyen su fuerza; el acompañamiento y la constancia la desarrollan.

Cuando tengan un problema, pregúntales qué creen que pueden hacer y cómo les gustaría que los apoyaras, antes de dar soluciones. Primero su poder, luego tu guía.

Para más ideas, te invito a leer mi libro Cómo desarrollar hijos fuertes y seguros, que encuentras en Amazon.

Y recuerda: nuestros hijos no son un resultado terminado. Y nosotros tampoco. Somos un todavía.

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Licenciada en Ciencias para la Familia, especializada en armonía emocional, formación de hábitos y desarrollo de la fuerza de voluntad. Terapeuta, conferencista y tallerista internacional con más de 22 años de experiencia. Autora del libro ¿Cómo desarrollar hijos fuertes y seguros? Coautora de nueve libros de la colección Aprender a Querer. Autora y creadora del programa Humans UP y de la colección de 12 libros Mi Diario HUP. Creadora y productora de Big Bang Zoe, serie infantil en YouTube con enfoque en habilidades socioemocionales para niños de 3 hasta 15 años.

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