Proyecto internacional Iter, la promesa del uso de la fusión nuclear sin emisiones de carbono
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El proyecto internacional Iter involucra a 35 países se construye en la Provenza francesa al sur de Francia experimenta la fusión nuclear con la promesa de generar energía verde sin emisiones de carbono y sin el inconveniente de los residuos radiactivos.
El proyecto internacional Iter, que experimenta al sur de Francia la fusión nuclear con la promesa de una energía sin emisiones de carbono y sin el lastre de los residuos radiactivos, pasó este hoy a una nueva fase con el inicio del ensamblaje del dispositivo.
Líderes de los 35 países implicados en el proyecto, como el presidente francés, Emmanuel Macron, o el primer ministro japonés, Shinzo Abe, marcaron el comienzo de este proceso con el envío por videoconferencia de mensajes de apoyo a la ceremonia celebrada en sus instalaciones en la Provenza francesa.
"Iter es una promesa de paz" y "de progreso" además de "una proeza científica", destacó Macron, que añadió que si los resultados de la experimentación que se efectuará en los próximos años es concluyente "la energía nuclear puede ser todavía más un sector de futuro".
El presidente francés se refirió a la promesa de generar energía sin emisiones de dióxido de carbono (CO2) y "casi" sin residuos.
Está previsto que el ensamblaje se prolongue hasta diciembre de 2025. Será entonces cuando los científicos e ingenieros implicados verificarán el funcionamiento de esa máquina experimental gigante que producirá unos 500 megavatios de energía térmica, lo que en términos de electricidad se traduciría en unos 200 megavatios, suficiente para abastecer 200,000 hogares.
La idea en el futuro es diseñar una planta de fusión nuclear con una potencia entre 10 y 15 veces superior. Los responsables del proyecto confían en que el costo de construir y operar una instalación de fusión de ese tipo sea similar al de las centrales nucleares actuales, que utilizan la tecnología de la fisión atómica.
Con la notable diferencia de que no habría que asumir la gestión de los residuos radiactivos, para los que por ahora no hay una solución definitiva y que habrá que supervisar durante decenas o cientos de años.
En cuanto al combustible, se utilizarán pequeñas cantidades de gas de deuterio y tritio (hidrógeno) que se obtienen a partir del agua del mar y de litio, de forma que es una materia prima muy abundante que permitiría abastecer a la humanidad durante millones de años.
Una cantidad del tamaño de una piña de este combustible puede generar tanta energía como 10.000 toneladas de carbón.
"Si la fusión se universaliza en complemento de las energías renovables, el uso de electricidad podría extenderse mucho para reducir las emisiones de efecto invernadero del transporte, los edificios y la industria", destacó el director general de Iter, Bernard Bigot.
En los últimos meses, en la preparación del ensamblaje del dispositivo, han estado llegando a Francia componentes procedentes de diferentes lugares del mundo con un peso de varios cientos de toneladas cada uno y de más de 15 metros de largo. Más de 20,000 trabajadores han participado, según Bigot.
Un total de 35 países participan en Iter, lo que incluye los miembros de la Unión Europea, pero también Reino Unido, Suiza, Estados Unidos, China, Japón, Rusia, India y Corea del Sur.
La UE constituye con Reino Unido y Suiza un único miembro que financia el 45 % del costo del proyecto. Los otros seis aportan un 9 % cada uno.
Alrededor del 90 % de sus contribuciones no se hacen en dinero, sino en especie con las piezas que aportan al "rompecabezas" de la maquinaria del Iter, cuyas siglas en inglés responden a Reactor Termonuclear Experimental Internacional.