Remedios Varo, un legado de sueños y visiones
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Se cumplen 109 años del natalicio de una de las máximas representantes del surrealismo en México y el mundo
A 109 años de su nacimiento, el libro recién publicado Remedios Varo: Los años de México, recoge obra más reconocida y prestigiosa de la artista plástica durante los años que vivió en nuestro país.
De origen español, Varo es una de las pintoras y dibujantes más interesantes y renombradas del siglo XX, y plasmó en su obra su atracción por el esoterismo, la ciencia y los sueños.
El libro en el que aparecen 53 ilustraciones que reflejan la etapa surrealista más representativa de Varo, cuenta con una introducción de Masayo Nonaka, curadora de la exposición Mujeres surrealistas en México.
Los rasgos definidos y reconocibles de la artista se aprecian en sus pinturas habitadas por figuras humanas concentradas en tareas simbólicas y rodeadas de elementos oníricos, alquímicos y enigmáticos.
Casi desconocida en su país natal, Varo desarrolló sus surrealismo en México, en donde alcanzó su madurez creadora, plasmando mundos fascinantes y personajes impregnados por su propio exilio
Nacida en Girona, en 1908, y estudió en la Academia de San Fernando en Madrid. Durante la Guerra Civil huyó a París, donde se unió al círculo de surrealistas que habitaba en la capital francesa, pero tras la invasión nazi partió a México.
En 1941 llegó a México y se convirtió en una de las mayores representantes del movimiento surrealista en el país, junto a Leonora Carrington y Kati Horna, a quienes les llamaban "las tres brujas".
Varo compartió con Carrington su interés por la tradición espiritual antigua y con Horna su curiosidad por las máquinas y la ciencia, además de por la filosofía, la psicología y la literatura del romanticismo alemán, según Nonaka, investigadora especializada en el estudio del surrealismo en México.
En 1963, en pleno éxito, la artista recibe el encargo de hacer un mural para el nuevo pabellón oncológico del Centro Médico de la Ciudad de México. Sin embargo, nunca llegó a concluirlo.
Las versiones sobre esta obra inconclusa varían y algunos afirman que hubo una inconformidad por parte de Varo hacia la escala del encargo, la cual tenía poco o nada tiene que ver con su estilo orientado a la miniatura.
Otros, por su parte, afirman que se encontraba paralizada por la sombra de la enfermedad.
Ciertas o no las causas, poco tiempo después, el 8 de octubre de 1963, con 55 años, y en plena madurez artística, la muerte le llegó, legando sus sueños y visiones plasmados a la historia del arte mexicano.