Sandra Frid, una escritora que saca jugo de la melancolía

Vida
/ 30 mayo 2016

En "La danza de mi muerte" la protagonista pregona en primera persona su admiración por el héroe Pancho Villa y desvela su relación íntima con el escritor Martín Luis Guzmán.

La melancolía es un buen ingrediente, con ella brota todo, pero escribir es una tarea del diario"...

Aunque es una especie de obrera de la literatura que no espera por la inspiración para ponerse a trabajar, la novelista mexicana Sandra Frid reconoce que en los momentos melancólicos suele crear varios de sus párrafos más sólidos.

"La melancolía es un buen ingrediente, con ella brota todo, pero escribir es una tarea del diario", asegura en entrevista a Efe la autora de "La danza de mi muerte", una novela histórica sobre la vida de la bailarina Nellie Campobello, quien murió secuestrada a mediados de los años ochenta.

Con una prosa limpia, Frid arma la historia de Campobello apegada a los hechos reales. Arranca con las reflexiones del investigador del secuestro de la anciana y continúa con monólogos en los que, en un tono triste, la artista cuenta su vida y cómo un matrimonio de desalmados la droga y alcoholiza.

Campobello fundó la primera escuela de danza de México y fue una de las principales bailarinas mexicanas de la primera mitad del siglo XX. Además, escribió poemas, ensayos y obras en prosa, entre ellas "Cartucho", un libro de relatos sobre la Revolución mexicana.

En "La danza de mi muerte" la protagonista pregona en primera persona su admiración por el héroe Pancho Villa, desvela su relación íntima con el escritor Martín Luis Guzmán, su amor por su pequeña hermana Gloria y su amistad con el muralista José Clemente Orozco.

"Ella amó la libertad, fue audaz y por eso duele más que haya acabado como acabó", dice la autora.

"Hubo momentos duros en la creación de la novela, yo escribo lineal, pero el instante en que muere Nellie lo conté cuando no tocaba. Ese día me hundí en un estado de melancolía, quizás porque imaginé la escena en un momento en el que mi madre estaba anciana y vulnerable", relata.

Con una prosa exacta, en su obra Frid provoca emociones al poner a Nellie a detallar su tragedia en un tono quejoso, que a veces parece más de una niña que de una mujer en el final de su vida.

"No suelo releer mis libros, pero esta vez lo hice y volví al azoro", revela la autora, quien reconoce que si sus lectores experimentan la misma emoción que ella sintió al escribir, habrá cumplido su propósito.

Aunque participó en el 2010 en una antología de cuentos y tiene novelas de ficción, Frid nada en sus mejores aguas cuando pasa meses de investigación entre papeles viejos y luego, basada en ellos, escribe novelas históricas como "La danza de mi muerte" o "Reina de Reyes", una obra sobre el pensador mexicano Alfonso Reyes.

"Descubrí que la investigación me apasiona, por eso me incliné por la novela histórica; me apego a la verdad y relleno con ficción los huecos que quedan", explica.

Sandra escribe en las tardes, unas cuatro horas diarias. Confiesa tener amores literarios como la española Carmen Martín Gaite, el irlandés John Banville y el francés Émile Zola, pero se muestra como una lectora de carne y hueso, sin complejos por confesar que entre sus pendientes tiene obras clásicas.

"No me he leído 'La montaña mágica' (Thomas Mann) y aún no terminé el 'Ulises' de Joyce, son dos grandes que me faltan. Me gusta el silencio, pero leo en todas partes aunque ya estoy necesitando lentes para ver de cerca", confiesa.

Sandra Frid se mantiene en buena forma física con trabajo de gimnasio, sonríe con facilidad y parece una mujer feliz, pero agradece sus momentos de melancolía porque en ellos las musas se muestran más amables y le permiten sacar su condición humana.

"Lo humano es clave cuando uno escribe porque una novela conmueve solo si sale del corazón", asegura.

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