Teatro Mladinsko muestra la violenta realidad mexicana
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La pieza buscó confrontar al espectador con los cruentos acontecimientos del país
Ni el olor despedido por las balas de salva ni los disparos constantes, referencias a la violencia mexicana, asaltaron las conciencias de los espectadores guanajuatenses durante la puesta en escena "¡Maldito sea el traidor a su patria!", el montaje con el que se presentó anoche el Teatro Mladinsko.
Desde el escenario del Teatro Principal llegaban los disparos de salva pero sobre todo los disparos a las conciencias de los espectadores que en lugar de silencio batía palmas y risas ante cada referencia de uno de los actores que en un monólogo puntualizaba la violencia en México.
Los espectadores parecían estar frente a una farsa o simplemente no querían afrontar que en el monólogo un actor nos tiraba a la cara toda nuestra basura: normalistas asesinados, miles de personas asesinadas y desaparecidas en la llamada Guerra contra el narco, la discriminación y maltrato que le damos los mexicanos a los migrantes centroamericanos, el eterno ensueño americano, los 32 niños abusados en un preescolar de la ciudad de México.
"¡Maldito sea el traidor a su patria!" sonaba en la voz de los actores, "¡Maldito sea el traidor a su patria!", volvía a sonar sobre el escenario esa que es la última frase del antiguo himno yugoslavo, mientras el público mexicano no acababa de entender que le hablaban a él, que la compañía eslovena comenzaba a hablar de la cruenta guerra en Yugoslavia para acabar hablando de la cruenta guerra que hay en México.
Sin embargo los asistentes reían, pero no era una risa nerviosa, parecían no entender que Teatro Mladinsko los estaba confrontando con su violenta realidad, incluso los llamaban guanajuatenses timoratos, conservadores que habían votado por Ricardo Anaya.
Otros tantos si se sentían confrontados y se removían en sus asientos mientras el dolor por la violencia les calaba más hondo. La obra dejó en muchos un sabor amargo e incierto; en otros, fue un divertimento que por supuesto ni les caló hondo.