‘Territorios compartidos’, imágenes intervenidas

Vida
/ 5 septiembre 2017

La muestra, creada a partir de una biblioteca de Ilustraciones de internet, expone montajes artísticos en el Cecuvar

La obra de Mariana del Campo se caracteriza principalmente por la apropiación como recurso artístico. Sus collages digitales, expuestos en varias ciudades mexicanas y en Colombia, ahora permanecen en los muros del Centro Cultural Vito Alessio Robles, donde pueden ser admirados por el público hasta octubre.


Cada obra parte de una biblioteca de imágenes extraídas de internet, que se convierten en lo que ella llama sus “herramientas” y con las que comienza a elaborar cuidadosamente los montajes para no caer en los errores más comunes de la edición digital.

Este archivo se compone de varios elementos como fotografías de stock, imágenes genéricas, de uso público, letreros, frases, escenarios y texturas, que después serán utilizados como piezas de rompecabezas para armar la obra final.

Estas composiciones guían la vista del espectador a un elemento principal y protagonista de la escena, cuya intervención y yuxtaposición junto con los demás elementos, va guiando al ojo a través de toda la superficie de cada obra, donde los rojos, naranjas y amarillos se presentan como las tonalidades más relevantes, y que contrastan con el negro y el  blanco.

Es notorio el juego que del Campo realiza al momento de la creación y la forma en que la lleva a una relación intuitiva entre cada parte de la composición, algo que ella misma asegura es parte de su proceso de trabajo.

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El tema es autobiográfico, pero más de forma subconsciente, porque también a la hora de armar, muchas cosas son azarosas, son intuitivas, no van con una intención de tener equis tema, sino que, al contrario, al final me sirven para hacer un autoanálisis de mi estado anímico”.


Las obras que figuran en “Territorios compartidos” fueron seleccionadas de la prolífica creación de la artista, particularmente de las series “El gran fusil”, “Recorte y pega” y “Á propos”, donde, de acuerdo con Miguel Fematt, maestro de fotografía de la Facultad de Artes de la Universidad Veracruzana y quien hizo la hoja de sala, Mariana “dirige al espectador para que ‘lean’ sus gráficas”.

El mismo Fematt escribió también que “ahí donde todos hacían fotografías en blanco y negro, ella experimentaba con color. Es una artista que gracias a su claridad de visión, concibe, planea y desarrolla una serie nueva en un lapso relativamente breve, logrando con ello gran coherencia en cada nueva serie”.

Durante el evento, luego del tradicional corte del listón y de un recorrido por la galería, se invitó al público a continuar con el programa de la tarde dispuesto por el recinto en su “Domingo Cultural”. 
Se trató de un concierto del “Kosemyan Ensemble”, donde cada uno de sus miembros deleitó al público, primero de manera individual con piezas de Britten, Campagnoli, Tchaikovski y Chopin, y para finalizar con un cuarteto de Mozart.

El oboísta Louri Vodolazski abrió el concierto con “Pan” de la “Metamorfosis”, de Benjamin Britten, obra inspirada en la fábula de Ovidio sobre el fauno que persiguió a la ninfa Siringa, quien  fue transformada en una caña con la que el personaje construyó la “flauta de pan”.

Después tomó el escenario el violinista Braulio Antonio Labañino, quien interpretó el Capricho 15, de Campagnoli, seguido del violista Daniel Chagolla, cuya obra fue la Sarabanda y Giga, de Bach. El maestro Kosemyan, acompañado al piano por Anna Markosyan culminó con las participaciones individuales, para después deleitar al público con un Cuarteto para Cuerdas, de Mozart. Un gran domingo cultural en el Cecuvar.

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