Un Quijote caribeño, Sergio Ramírez recibe el Premio Cervantes
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El escritor y político de 75 años volvió a trazar un puente directo entre el autor del Quijote (1547-1616) y Rubén Darío (1867-1916) como refundador de la lengua de 500 millones de hablantes.
Un Quijote caribeño, un Rubén Darío cervantino y la novela como herramienta contra una "realidad que abruma" recorrieron el discurso del nicaragüense Sergio Ramírez al recibir hoy en España el primer Premio Cervantes a un escritor centroamericano.
La entrega del galardón más importante a la literatura en español, celebrada como cada año en Alcalá de Henares (ciudad natal de Cervantes), quedó también marcada por las protestas de los últimos días en Nicaragua que dejaron al menos diez muertos.
"En el Caribe toda invención es posible, desde luego la realidad es ya una invención en sí misma", sostuvo Ramírez en su discurso ante el rey Felipe VI, el jefe de Gobierno Mariano Rajoy y otras autoridades. "En ese sentido, me figuro a Cervantes como un autor caribeño, capaz de descoyuntar lo real y encontrar las claves de lo maravilloso”.
El escritor y político de 75 años volvió a trazar un puente directo entre el autor del Quijote (1547-1616) y Rubén Darío (1867-1916) como refundador de la lengua de 500 millones de hablantes.
"Tres siglos después de Cervantes, devolvió a la península una lengua que entonces resultó extraña porque venía nutrida de desafíos y atrevimientos, una lengua que era una mezcla de voces revueltas a la lumbre del Caribe, de donde yo también vengo", dijo el novelista.
"Es esa lengua de ida y de vuelta la que hoy se reinventa de manera constante en el siglo veintiuno mientras se multiplica y se expande. Una lengua que no conoce el sosiego. Una lengua sin quietud porque está viva y reclama cada vez más espacios y no entiende de muros ni fronteras”.
Ramírez celebró a Darío como padre de una tradición de poetas nicaragüenses como Carlos Martínez Rivas, Ernesto Cardenal, Claribel Alegría o Gioconda Belli, pero también como fundador del país en sí. "Curioso que una nación americana haya sido fundada por un poeta con las palabras y no por un general a caballo con la espada al aire”.
Novelista, ensayista y periodista, el también revolucionario sandinista y vicepresidente de su país entre 1985 y 1990 con Daniel Ortega dedicó el premio a los fallecidos por la dura respuesta a las protestas de la semana pasada contra una polémica reforma del seguro social, luego retirada por el Gobierno de Ortega.
"Dedico el premio a la memoria de los nicaragüenses que en los últimos días han sido asesinados en las calles por reclamar justicia y democracia y a los miles de jóvenes que siguen luchando porque Nicaragua vuelva a ser república", inició su discurso el escritor, ataviado con un crespón negro de luto.
También el rey Felipe VI aludió a la situación del país centroamericano: "Don Sergio: en estas horas difíciles, toda España lleva a Nicaragua en su corazón", sostuvo el monarca durante la ceremonia.
Ramírez compaginó durante muchos años su pasión por la literatura con su activismo político, que lo llevó a liderar en 1977 el "Grupo de los Doce" en apoyo al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y llegar a la vicepresidencia del país, hasta retirarse de la política en 1996 tras perder las elecciones presidenciales.
La doble vocación marcó su obra y quedó reflejada en su dicurso de hoy en Alcalá, en el que refutó cualquier contradicción aparente y defendió la novela como "una conspiración permanente contra las verdades absolutas”.
Ante una realidad que abruma, analizó, "cerrar los ojos, apagar la luz, bajar la cortina, es traicionar el oficio". "Todo irá a desembocar tarde o temprano en el relato, todo entrará sin remedio en las aguas de la novela. Y lo que calla o mal escribe la historia, lo dirá la imaginación, dueña y señora de la libertad”.
En su discurso, también el rey Felipe se refirió a esa "encrucijada" que afrontó Ramírez. "Ha sabido navegar en aguas turbulentas y entender el poder como un accidente del que lo salvó la literatura", señaló el monarca.
Felipe reconoció al galardonado como "embajador de una lengua de todos, enriquecida con la enorme herencia de las culturas indígenas".
Tras describirlo como "gran cronista y narrador", se dirigió directamente a Ramírez: "Hoy reconocemos a un embajador de Cervantes y de la patria de Darío que, con usted, ha vuelto a casa, a esta casa que es la lengua de todos”.
El galardón más importante de las letras en español se entrega tradicionalmente el 23 de abril, coincidiendo con Día Internacional del Libro y la muerte de Cervantes (además de la de William Shakespeare).
Dotado con 125,000 euros (casi 150,000 dólares), el galardón reconoce el conjunto de la obra de un escritor que haya contribuido al legado literario hispano. Ramírez, sucesor del español Eduardo Mendoza, fue celebrado por el jurado por su capacidad para "aunar en su obra la narración y la poesía y el rigor del observador y el actor".