¿Una aspirina puede salvarte de un infarto?

Vida
/ 23 mayo 2017

Muchas personas con problemas cardíacos toman una aspirina todos los días para mejorar el flujo sanguíneo, pero los investigadores descubrieron que esto no siempre aporta beneficios

Muchas personas con problemas cardíacos toman una aspirina todos los días, pero un equipo de investigadores en EEUU descubrió que la pastillita blanca no aporta beneficios e incluso podría ser peligrosa para un grupo de pacientes cardíacos que tomó aspirinas durante tres años.

El estudio, presentado el sábado ante especialistas en ritmo cardíaco reunidos en Chicago, analizó a más de 4.000 pacientes que padecen un ritmo cardíaco irregular —trastorno conocido como fibrilación auricular— y que fueron tratados con una ablación por catéter, un procedimiento que destruye los tejidos dañados en el corazón.

En estos pacientes, tomar aspirinas durante un período extenso puede exponerlos a hemorragias gástricas y genitales y no redujo su riesgo de sufrir infartos, sostuvo el Dr. Jared Bunch, director de investigación sobre ritmo cardíaco del Intermountain Medical Center Heart Institute. 

Son conclusiones importantes, afirmó Bunch, debido a que comúnmente se acepta la aspirina como terapia para pacientes cardíacos. Si bien la aspirina puede ser útil e incluso salvarle la vida a quienes tienen enfermedades cardíacas, no es una terapia válida para todo tipo de problema cardíaco, razón por la cual se debería usar con precaución y sólo por recomendación de un médico.

“Infortunadamente para médicos y consumidores, la aspirina está ampliamente disponible. Cualquiera puede venir y decir que no quiere nada que se venda bajo receta, o incluso puede ir a cualquier supermercado o farmacia y comprar cuantas aspirinas quiera. La mayoría tiene la etiqueta que indica que son buenas para el corazón y se autopromociona un poco en ese aspecto”, declaró Bunch en una entrevista previa a su presentación en una reunión internacional de The Heart Rhythm Society.

A Bunch y a su equipo no los sorprendió descubrir que la aspirina no parecía prevenir infartos en los pacientes; se presentó poca evidencia que apoye la idea, afirmó.

Pero “sí nos sorprendió la magnitud de las hemorragias que estábamos viendo”, sostuvo Bunch, y agregó la siguiente advertencia:

“La gente no debería tomar aspirinas todos los días para cuidar el corazón a menos que lo recete un médico. Además, para los pacientes de fibrilación auricular con un riesgo bajo de sufrir infartos —riesgo reducido aun más por la ablación—, el uso prolongado de aspirinas transmite riesgos sin beneficios”.

De analgésico a cardioterapia

Si uno busca el sitio web de Bayer Aspirin, aparece Wonderdrug.com.

La palabra “aspirina” fue acuñada por Bayer en 1899, pero terminó transformándose en una designación genérica del ácido acetilsalicílico. Durante milenios, antes que la aspirina se transformara en una píldora, sus componentes naturales, derivados de la corteza del sauce, se molían y se daban a las mujeres para ayudar a aliviar el dolor del trabajo de parto, según la página web Aspirinproject.org, que fomenta el uso de la aspirina.

Hace medio siglo, la aspirina seguía siendo el analgésico preferido en el gabinete de remedios de cualquier familia, pero luego fue desplazado por el acetaminofeno y el ibuprofeno.

Por suerte para los fabricantes de aspirinas, las propiedades anticoagulantes de la droga le dieron una segunda vida en las farmacias y las tasas cada vez más altas de enfermedades cardíacas garantizan que se siga vendiendo. Las dolencias cardíacas son la principal causa de muerte en EE.UU., según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades del país (CDC, por sus siglas en inglés).

El Dr. Matthew Roe, un cardiólogo y profesor de la Facultad de Medicina de la Duke University en Durham, Carolina del Norte, afirmó que estudios realizados en los setenta y los ochenta concluyeron que tomar aspirinas podía reducir mucho la mortalidad entre algunos pacientes cardíacos, lo que llevó a transformarla en una “terapia fundamental” para muchos trastornos cardíacos en los últimos treinta años.

Las botellas de aspirinas Bayer tienen sellado un corazón y las palabras “Soy procorazón” y la empresa insta a “llevar aspirinas, salvar vidas”.

“En caso de sospechar un ataque al corazón, llame al 911 y mastique o muela una aspirina según indique un médico”, reza una página web de Bayer.

La parte de “según indique un médico” es clave.

Ante una emergencia médica, la víctima o sus familiares en pánico tal vez no distingan entre un ataque al corazón —lo que ocurre cuando se obstruye el flujo sanguíneo al corazón— y un infarto, la interrupción del flujo sanguíneo al corazón.

La mayoría de los infartos es provocada por coágulos de sangre, pero a veces intervienen vasos sanguíneos rotos y tomar una aspirina durante un infarto hemorrágico podría empeorar la condición de la persona, afirma la American Heart Association. Si no hay un médico disponible, un operador del 911 puede ayudar a determinar si hay que tomar una aspirina durante una emergencia.

La American Heart Association recomienda a quienes presenten un riesgo elevado de ataque al corazón y a quienes los hayan sobrevivido que tomen una dosis baja de aspirina todos los días si sus médicos lo recomiendan.

Sin embargo, aún no se sabe cuál es la dosis más útil y Duke está llevando a cabo una prueba clínica con 20.000 personas para determinar la mejor dosis. Una aspirina infantil tiene 81 miligramos de aspirina; una para adultos, 325.

El estudio del Intermountain no distinguió las cantidades de aspirina utilizadas, declaró Bunch.

No es para todos

Jennifer Merback, portavoz de la American Heart Association, afirmó que la asociación advierte que algunas personas no deberían tomar aspirinas, como las que toman bebidas alcohólicas con regularidad, las que corren peligro de sufrir hemorragias gastrointestinales o infartos hemorrágicos o quienes estén por hacerse cirugías u operaciones dentales.

“No se debe comenzar a tomar aspirinas por cuenta propia”, reza el sitio web de la asociación.

La fibrilación auricular es la forma más común de irregularidad del ritmo cardíaco.

Aunque la fibrilación auricular puede elevar el riesgo de infarto, una ablación con catéter y su posterior tratamiento lo reducen, razón por la cual algunos médicos trataron a esos pacientes con aspirina para bajar más todavía el riesgo.

Sin embargo, los investigadores de Intermountain descubrieron que todo beneficio de las aspirinas para los pacientes que estudiaron duraban como máximo un año, afirmó Bunch.

“Pasado un año, si mantienen un ritmo normal y se los considera de bajo riesgo de infarto, no observamos más reducciones de este último. Por otro lado, observamos un alza significativa en el riesgo de hemorragia estomacal y genital y un alza pequeña en el riesgo de infarto para quienes siguieron tomando aspirinas”, postuló Bunch.

Hubo un subgrupo de pacientes de fibrilación auricular en el estudio de Intermountain que sí pareció beneficiarse con la aspirina: los que ya habían sufrido un ataque al corazón o pasado por cirugías con bypass o stent.

“En ese subgrupo parece que la aspirina todavía juega un papel, no necesariamente por su cuenta, sino en combinación con un anticoagulante fuerte”, sostuvo Bunch.

“Como los infartos son la complicación más temida de la fibrilación auricular, debemos seguir estudiando todas las terapias disponibles para entender las opciones de tratamiento más eficaces y seguras y cómo usarlas después de una ablación”.

Otros investigadores que participaron en el estudio fueron Heidi May, Tami Bair, Victoria Jacobs, el Dr. Brian Crandall, el Dr. Michael Cutler, el Dr. Charles Mallender, el Dr. Jeffrey Osborn, el Dr. Peter Weiss y el Dr. John Day.

Más de 8.500 especialistas en ritmo cardíaco de todo el mundo participaron en la conferencia donde Bunch presentó la investigación el sábado.

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