La verdadera y aterradora historia de los Warren... parapsicólogos que inspiraron las películas de 'El Conjuro'
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Anabelle, El Conjuro y La Monja, están inspirados en los 'Expedientes Warren', ¿fantasía o realidad?
La exitosa franquicia de El Conjuro se basa en los expedientes de Ed y Lorraine Warren, demonólogo y médium respectivamente, quienes fundaron en 1952 la Sociedad para la Investigación Psíquica de Nueva Inglaterra.
Durante toda su vida, los casos de esta pareja han estado en el ojo del huracán. Pues hay quien cree fielmente en ellos y otros más alegan que se trata de pura fantasía.
El 'Warrenverso' comenzó en 2013 cuando se estrenó la película 'El Conjuro', dirigida por James Wan. Sin embargo, ese fue el primer punto de una serie de secuelas y spin offs que incluyen o se inspiran en otras historias de Ed y Lorraine Warren.
Edward Warren Miney y Lorraine Rita Warren fueron investigadores y autores paranormales estadounidenses asociados con casos destacados de presuntas apariciones.
Edward fue un demonólogo , autor, conferencista y autodidacta. Lorraine profesaba ser clarividente y una médium de trance ligero que trabajaba en estrecha colaboración con su marido.
Cuando Ed era niño vivió en una casa embrujada. Algo que su padre trató de desestimar con explicaciones lógicas que nunca habrían sido justificadas del todo a juicio de Warren y en última instancia habrían propiciado el inicio de su carrera ligada al mundo paranormal.
“Ed veía fantasmas, escuchaba pasos, choques y golpes frecuentes en las paredes de la casa. Esto lo asustó, pero también le hizo querer aprender más sobre los tipos de fenómenos que había encontrado”
Eventualmente, a los 17 años, Ed Warren se incorporó a la Marina de Estados Unidos y luego de servir por un tiempo en un barco de la Marina Mercante volvió a Connecticut y conoció a quién sería su futura esposa.
Lorraine Warren nació el 31 de enero de 1927 en la ciudad de Bridgeport en Connecticut, Estados Unidos, como Lorraine Rita Moran.
Durante su niñez y juventud estudió en una prestigiosa escuela privada y, según precisa The New York Times, la propia Lorraine contó que comenzó a tener experiencias de clarividencia cuando era niña.
Lorraine conoció a Ed cuando tenía 16 años y ambos eventualmente se casaron en 1945.
Así, luego de que Ed Warren volvió definitivamente de la Segunda Guerra Mundial, la pareja comenzó su carrera como investigadores paranormales.
Ed y Lorraine Warren dijeron que investigaron más de 10 mil hechos paranormales a lo largo de su carrera, por lo que obviamente a continuación solo veremos algunos de los casos más famosos.
El Poltergeist de Enfield El caso estrella de la secuela resulta ser uno de las historias paranormales más documentadas de la historia. Ocurrió en 1977, en una casa de Brimsdown, Londres. Peggy Hodgson denunció que sus hijos habían visto muebles moverse y juguetes lanzarse solos como proyectiles. El caso tomó relevancia y carices inquietantes cuando uno de los policías aseguraba que había visto una silla moverse sola, aunque no pudieron asegurar que no fuera desplazada mediante algún subterfugio desde otra habitación. Con el tiempo, la cosa se iba complicando para la familia y en las manifestaciones empezaron a aparecer voces demoníacas que atormentaban a las niñas, que además empezaban a levitar extrañamente en su habitación.
La cosa saltó a los medios y la prensa de Reino Unido le dio una cobertura inusual para este tipo, mientras tanto, los Warren pasaron por allí para hacerse la foto y dar su opinión de expertos en el tema, pero ni mucho menos llevaron la voz cantante en el caso.
Fue el periodista Guy Lyon Playfair quien, junto a un equipo de investigación, estuvo presente en muchos de aquellos sucesos. En una ocasión, afirmaron que una pieza de lego se levantó y golpeó al fotógrafo. Posteriormente, Melvin Harris tomaría numerosas fotografías con la cámara en modo automático en las que las que se veía a las niñas supuestamente levitando.
El caso no duró un par de semanas, como en la película, sino que se alargó durante un periodo de dos años en los que la psicóloga Anita Gregory también hizo sus pesquisas e investigaciones paralelas. Janet, la hermana, empezó a cursar episodios de posesión en los que hablaba con otra voz ( se puede comprobar en audios documentados reales) y en las que aseguraba que era un tal Bill Wilkins, que había muerto en el sofá del salón de la casa de una hemorragia cerebral mucho tiempo atrás.
Incluso llegó a estar internada durante más de un mes para que se le realizaran varios estudios. Finalmente, la psicóloga consiguió tomar fotos de Janet doblando cucharas y lanzando objetos a propósito, y confesó más tarde que algunos de los sucesos fueron provocados por ella y su hermana mayor para dar miedo a sus hermanos pequeños.
Finalmente, el 90% de los sucesos paranormales se replicaron por métodos científicos y el resto mediante teorías psicológicas sobre histeria colectiva, ya que los familiares sí que estaban convencidos de la posesión de Janet. El periodista y el fotógrafo aún creen que fue real.
Anabelle, la muñeca maldita El caso de Anabelle se remonta a 1970, cuando una mujer le compró a su hija una muñeca Raggedy Ann en una tienda de antigüedades. Cuando la dejaba apoyada en la cama aparecía en distintas posturas cuando regresaba a la habitación. La mujer achacó que podría haberse movido cuando alguien hubiera empujado la cama, hasta que empezó a hacer lo mismo por toda la casa. Además, había notas que pedían socorro o "ayuda a Lou".
Un día regresaron a casa y encontraron a la muñeca cubierta de sangre. Cuando contrataron a un médium para ayudarles, éste se puso en contacto con una niña de siete años llamada Anabelle, que fue asesinada y abandonada en un descampado años atrás. Anabelle aseguró estar muy a gusto viviendo con la familia, dentro de la muñeca, pero los Warren, que se pasaron a investigar, determinaron que en realidad lo que había dentro de la muñeca era un demonio, por lo que la encerraron en una vitrina que se encuentra en el museo de ocultismo de Connecticut.
La casa encantada de Harrisville La historia de la familia Perron, en la que se basa la primera Expediente Warren, no difiere mucho de cómo se narra en la película. La familia se mudó a la hacienda Arnold, Rhode Island en 1970. La historia de la propiedad incluía suicidios y asesinatos a través de varias generaciones.
Mientras la familia se instalaba, las puertas se cerraban, los muebles levitaban y algunas de sus hijas eran atacadas por espíritus malignos, llegando a sugerir que llegaron a abusar de alguna de ellas. El peor de los espíritus era el de Bathsheba Sherman, una bruja y satanista que se había ahorcado en un árbol de la propiedad en el siglo XIX.
En repetidas ocasiones se les aparecía para que abandonaran la casa, cosa, que a diferencia de lo que ocurre en la película, sí se vieron obligados a hacer. Los siguientes propietarios también han reportado actividad paranormal.El horror de Amityville
El horror de Amityville Quizá el caso más famoso de los Warren, probablemente gracias a la extensa saga de películas, está plagado de controversia y litigios. En 1974, el hijo mayor de la familia De Feo asesinó a tiros a seis miembros de su familia, incluyendo padres y hermanos, en su casa de Long Island.
Los siguientes inquilinos, la familia Lutz aseguraron que en la casa ocurrían hechos sin explicación. Olores, sonidos, puertas e incluso una extrañas gotas de gelatina que salían del suelo. Un frío inexplicable impedía calentar la casa a pesar de las chimeneas. Abandonaron la casa y bajo críticas de sensacionalismo dejaron que se les hiciera la prueba del polígrafo para comprobar que no mentían. La pasaron.
Los Warren aparecieron por allí un mes después, asegurando que había una presencia demoníaca en forma de niño, célebre por una inquietante fotografía en la que se le podía ver.
El embrujo en Connecticut En 1986, en Southington, una familia alquiló una casa que solía ser una funeraria que aún tenía restos del mortuorio en el sótano y un mausoleo en el exterior.
Pronto el agua se empezó a teñir de rojo, los platos se rompían solos y se aparecían los muertos.Los Warren concluyeron que los espíritus estaban cabreados por que los antiguos funerarios tenían sexo con los muertos, pero incluso el escritor que contrataron los Warren para documentar el caso concluyó que los testimonios de la familia no eran muy creíbles.