Abarrotan saltillenses comedor comunitario
En su mayoría eran lavacoches, malabaristas de crucero, ex-taxistas, indigentes, vendedores ambulantes y desempleados, que viven en la periferia y la zona centro de la ciudad
Ayer al mediodía, en el arranque parcial de las actividades económicas, el comedor de la iglesia de San Judas Tadeo, lució abarrotado.
Hombres y mujeres de la tercera edad, así como jóvenes desempleados, formaron una larga fila, sin respetar la sana distancia, por un platillo gratuito.
En su mayoría eran lavacoches, malabaristas de crucero, ex-taxistas, indigentes, vendedores ambulantes y desempleados, que viven en la periferia y la zona centro de la ciudad.
La comida, caldo de pollo, sopa de fideo y frijoles, se repartió a través de uno de los ventanales de este comedor, a fin de cumplir la medida sanitaria que dicta evitar las aglomeraciones.
Rosalía Rodríguez, una de las encargadas del lugar, comentó que la afluencia a esta olla comunitaria, que tiene 21 años de ofrecer alimento gratuito a gente de escasos recursos, ha subido al menos un 50 por ciento desde que empezó la contingencia.
“Son personas que necesitan, que tienen hambre, personas que no tienen casa, que viven en la calle y se les brinda un platillo”, dijo.
VANGUARDIA intentó platicar con algunas personas de las que hacían fila, pero la crisis que enfrentan es tal que decidieron ponerle precio a la entrevista.
“A 50 la platicada, amigo, bueno a 20…”, decían, más en serio que en broma...