Acepta culpa en el ‘Rusiagate’ un excolaborador de Trump

Internacional
/ 24 febrero 2018

Reconoce conspiración y falso testimonio durante un interrogatorio; colaborará con las investigaciones

WASHINGTON, EU.- Rick Gates, excolaborador de la campaña presidencial de Donald Trump, se declaró culpable de los cargos federales de conspiración y mentir a las autoridades, convirtiéndose así en testigo cooperador de las investigaciones sobre la injerencia rusa en las elecciones, escándalo conocido como Rusiagate.

La declaración que Gates reveló, ayudará en la pesquisa encabezada por Robert Mueller en “todo asunto” mientras los fiscales siguen investigando la campaña de 2016, la interferencia de Rusia y a Paul Manafort, socio de negocios de Gates de muchos años y exdirector de la campaña de Trump.

Con su cooperación, Gates se convierte un testigo dispuesto a proporcionar información sobre sus finanzas y su trabajo de consultoría política en Ucrania, y también alguien con acceso a los niveles más altos de la campaña presidencial de Trump del 2016.

La declaración de culpabilidad se dio un día después de que un jurado investigador federal en Virginia devolviera un encausamiento de 32 cargos contra Gates y Manafort, donde se les acusaba de evasión impositiva y fraude bancario. 

Por su parte, el exdirector de campaña de Trump, Paul Manafort, criticó la decisión de su exsocio.

“Tenía la esperanza de que mi colega de negocios tuviera la fortaleza para continuar con la batalla para demostrar nuestra inocencia. Por motivos que aún están por develarse optó por hacerlo de otra forma”, dijo Manafort. 

Bajo los términos de la declaración de culpabilidad, Gates estará entre 57 y 71 meses tras las rejas. Los fiscales podrían buscar reducir la sentencia por su cooperación.
Gates trabajaba en la campaña de Trump cuando Manafort, Donald Trump Jr. y Jared Kushner se reunieron con un equipo de rusos en la Torre Trump en junio de 2016. También estaba en los altos rangos de la campaña cuando el entonces senador Jeff Sessions llevó a cabo un par de reuniones secretas con el embajador ruso en Estados Unidos, Serguei Kislyak. 

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