Adicción a la comida puede provocar alteraciones genéticas, advierten
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A pesar de las acciones emprendidas por el sector salud para reducir el índice de obesidad en México, aún no se han visto resultados palpables; por el contrario, el problema crece cada día
Ciudad de México. El Instituto Politécnico Nacional (IPN) avanza en una investigación sobre Food craving, fenómeno caracterizado por la adicción a la comida, la cual podría marcar la pauta para prevenir la obesidad y sobrepeso que padece el 70 por ciento de la población mexicana, y con ello las enfermedades que conllevan.
Delfina Marín Soto, especialista en psicología del Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud (CICS) Unidad Santo Tomás, dijo que a pesar de las acciones emprendidas por el sector salud para reducir el índice de obesidad en México, aún no se han visto resultados palpables; por el contrario, el problema crece cada día, situación que la llevó a analizar aspectos genéticos que puedan estar relacionados con el deseo irresistible por comer.
Explicó que el fenómeno de Food craving es la adicción a la comida que desencadena el deseo irresistible por consumir un alimento en particular, el cual además de conducir a la obesidad, se presume que podría provocar alteraciones en la expresión genética.
La especialista en psicología señaló que diversos estudios relacionan al consumo de comida en exceso con depresión o sentimientos de tristeza. Sin embargo, en México la gente come por alegría.
“Tenemos un calendario del mal comer, mes con mes buscamos fechas qué celebrar y con ese pretexto ingerimos muchos alimentos saturados en grasas y carbohidratos. Lo que queremos investigar es si este ambiente obesogénico por el que estamos rodeados, contribuye a la modificación genética”, dijo.
A través de un comunicado del IPN, la investigadora indicó que a nivel internacional existen muy pocas investigaciones sobre Food craving y la que se realiza en el IPN representa una aportación importante para el sistema de salud. El estudio incluirá a 30 pacientes con obesidad y 30 con peso normal, a quienes se les aplicará un cuestionario encaminado a detectar dicho fenómeno.
Con base en los puntajes obtenidos se les tomarán muestras de sangre para realizar estudios moleculares y establecer si existe una correlación entre las personas obesas y la expresión de los genes DRD2 (receptor de dopamina), CART (adicción a la comida), TAS1R1, TAS2R2 y TAS3R3 (receptores del gusto).
Marín Soto comentó que mediante este estudio también comprobarán las hipótesis de las diferencias en la elección de alimentos. “Los varones tienen mayor inclinación por la comida salada, en tanto que las mujeres prefieren los alimentos dulces”, concluyó.