Anti unión reclutó a Alan y Héctor; eran halcones de este grupo delictivo
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Los menores de edad eran presuntamente halcones de La Anti-Unión; los jóvenes, entre ellos cinco mujeres, se reunían en el edificio de Santa Veracruz 9, casi esquina con Eje Central; se sabe que una de las chicas logró huir de la ciudad
Alan y Héctor, los dos menores de edad de origen mazahua que fueron asesinados y descuartizados en el Centro Histórico, formaban parte de un grupo de diez adolescentes (cinco hombres y cinco mujeres) que eran utilizados por la Anti Unión para cometer actos delictivos.
Vecinos y conocidos de las víctimas revelaron que dentro de este grupo de menores también se encontraba Ingrid (nombre ficticio), una menor de edad que huyó de la ciudad porque estaba amenazada de muerte. Del resto de los menores se desconoce el paradero.
Los diez chicos se reunían en el edificio de cuatro niveles de Santa Veracruz 9, casi esquina con Eje Central, donde la Anti Unión distribuye droga.
El inmueble se ubica a menos de dos cuadras de donde vivían Alan y Héctor, en el 36 de Pensador Mexicano.
"Todos quieren tumbar a este grupo (Anti Unión) y principalmente a los chavos que tienen para cometer delitos, porque éste es un corredor (Santa Veracruz-Eje Central) natural que te conecta con Garibaldi y Tepito; por ahí se da el trasiego de droga. Es por eso que la disputa está fuerte.
"A estos chavos ya los tenían en la mira. Fue para mandar también un mensaje”, dijo uno de los conocidos de los fallecidos, quien pidió omitir su nombre.
En tanto, la vecindad de República de Cuba 86, donde de acuerdo con las indagatorias habrían sido asesinados los menores, la mayoría de las viviendas sirven de bodegas de comerciantes mazahuas y ecuatorianos, principalmente de ropa.
Mientras que también es identificado como un punto de venta de droga la vecindad de República de Chile 54, donde Baltazar “N” fue sorprendido el 1 de noviembre pasado con cajas y bolsas, en las cuales llevaba los restos de los menores.
"Si no le entran va a haber levantones”
Ayer por la mañana, después de las 08:00 horas, un grupo de más de 20 personas que viajaban en motonetas y en dos camionetas circularon por Peña y Peña, González Ortega y otras calles del Perímetro B del Centro Histórico: advirtieron que cobrarían derecho de piso y que quienes no cumplieran serían “levantados”.
"Venían en motonetas y los que viajaban en las camionetas traían armas largas y las dejaban ver; se pararon frente a las cortinas y frente a las cámaras de seguridad de los comercios gritando: ‘¡Ya se va a tomar la calle y si no le entran va a haber levantones!’.
No se identificaron de algún grupo. También llegaron a las calles de Uruguay y El Salvador. Algunos comerciantes hicieron públicas estas amenazas en grupos y en chats de locatarios”, expuso un representante del comercio establecido.
La vecindad número 86 , cenro de operaciones de La Unión Tepito La vecindad número 86 de la calle República de Cuba, en el Centro Histórico, es identificada por las autoridades capitalinas como una zona de operaciones de La Unión Tepito.
De acuerdo con la investigación de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ-CDMX), en ese domicilio torturaron y asesinaron a Héctor y Alan Yair, de 14 y 12 años, respectivamente, luego de detectar que los menores de edad eran presuntamente halcones de La Anti-Unión.
Luego de obtener información importante para esclarecer el caso, peritos y especialistas de la Policía de Investigación (PDI) catearon el domicilio e ingresaron hasta la azotea en la que hay cuatro cuartos pequeños de apenas cuatro por cuatro metros cuadrados; en el número 6, revelaron los detenidos, era usado para esconder a sus secuestrados y a sus víctimas.
En uno de esos cuartos los especialistas encontraron cajas de plástico —similares a las que usaron para meter los cuerpos de Héctor y Alan Yair—, huellas de sangre, herramientas punzocortantes con rastros hemáticos, seguetas, una manguera que se utilizó para lavar el piso y paredes, así como drogas, además de residuos de cloro y cal en el piso, con los que, se presume, pretendían borrar toda evidencia.
Los indicios, de acuerdo con los peritos, revelan que posiblemente en ese lugar del Centro Histórico asesinaron a los menores de origen mazahua.
En ese sitio se detuvo a Baltazar “N”, de 25 años, quien “cuidaba” el lugar que fue cateado por elementos de la fiscalía capitalina, quienes le encontraron un celular con un mensaje que envió a su novia en el que indicaba que estuvo “en el homicidio de los niños mazahuas”.
Además, cámaras del C5 del Gobierno capitalino captaron el momento exacto cuando Baltazar “N” salía de ese domicilio empujando un diablito, sobre el que se aprecian dos cajas de plástico; adentro estaban los cuerpos mutilados y torturados de Héctor y Alan Yair.
Según la indagatoria, él y un sujeto identificado como El Chayan, quien fue detenido horas más tarde, bajaron los cadáveres con la instrucción de deshacerse de ellos.
En el camino, sobre República de Chile, uno de sus halcones les avisó que adelante estaba una patrulla de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), fue entonces que encontraron a Édgar “Z”, el primer detenido por el caso, y le pidieron llevar las cajas a una zona oscura. A éste lo conocían, pues era un “mandadero” drogadicto del sector.
Fue a Édgar “Z” a quien los policías lo sorprendieron con los cadáveres la madrugada del 31 de octubre. Él mismo empezó a delatar a quienes le dejaron los bultos, lo que desencadenó la investigación policiaca que ha arrojado tres detenidos, dos de los cuales aparentemente participaron de manera activa en el homicidio de los menores.
El domicilio Por el ir y venir de los policías frente a una virgen que se observa desde la calle, los testigos se enteraron de que unos de los diableros que ahí vive fue el responsable de trasladar los cuerpos mutilados de los menores de 12 y 14 años.
En el segundo piso de la vecindad habitaba el hombre al que todos en el lugar conocían por sus nexos con gente de La Unión Tepito.
Quienes viven en ese domicilio afirman que no es extraño que los narcomenudistas ronden por las calles y en la vecindad de República de Cuba.
Con información de Excélsior y El Universal