Anunciaron tambores muerte de Jesucristo en Viesca

Tocaron los tambores anunciando el duelo de la Virgen María ante la muerte de su hijo, había llegado el momento de andar y acompañar en su dolor a la madre de Jesús.

Empezó la emblemática Procesión del Silencio, con rezos para nuestro señor y la imagen de la Virgen María fue sostenida por miembros de una cofradía que la elevaron para que todos pudieran ver su dolor, cada habitante de

Viesca puso su corazón para El Salvador, para el que murió por ellos.

Distintas cofradías acompañaron a la Virgen María en el doloroso camino donde también las mujeres santas con velas en mano como símbolo de luto.

Se revivió la pasión de Jesucristo en tres estaciones, que representaron sus tres caídas, la primera fue la flagelación donde sufrió azotes y desprecio por parte de la gente que no creían en él, la Virgen sufrió amargamente al ver como el hijo de sus entrañas estaba siendo destrozado, hasta que convirtieron su cuerpo en una enorme llaga.

Siguió el camino, que no llevaba a Jesuscristo más que a la inevitable coronación de espinas, donde fue humillado y lastimado.

En las estaciones se interpretó un cántico en el que se hablaba del dolor de la Virgen María, “El viernes por la mañana sacaron a mi Jesús a padecer por las calles con una pesada Cruz, caminando al Calvario con gran dolor preguntaba y nadie ha visto pasar al hijo de sus entrañas”. 

Los colores negro, morado, café, blanco, rojo y guindo, representaron a las cofradías que se unieron al dolor de la muerte de Jesucristo.

Al llegar se bajó la imagen de la Virgen pues fue ahí donde Jesús fue crucificado junto con dos ladrones que al igual que él fueron juzgados y llegó lo que para nada sería el fin de Jesucristo, sino el comienzo.

Ya caía la noche y la procesión volvió a la parroquia de donde había partido, sus velas encendidas aún en señal de luto iluminaron las principales calles de Viesca.

La Virgen María fue colocada de nuevo en su lugar, se realizó un rosario a memoria de Jesucristo, Nuestro Señor. 

Se solidarizan. Distintas cofradías acompañaron a la Virgen María en el doloroso camino.